25.4.09

Cien años de Demetrio Aguilera Malta

Demetrio Aguilera Malta, miembro del “Grupo de Guayaquil”, convirtió al cholo y su entorno en personaje central de sus novelas. Nació el 24 de mayo de 1909, en el popular barrio del Astillero, en la casa donde moriría, muchos después, Joaquín Gallegos Lara. Su infancia transcurrió entre islas y pesca, entre amorfinos y cuentos de aparecidos; especialmente en la isla de San Ignacio, cerca de Guayaquil, y de la que su padre era propietario. Aguilera se bautiza profesionalmente en 1930 como coautor de Los que se van. En 1933 la editorial madrileña Cenit inaugura su colección “Panorama literario del libro español e hispanoamericano” con “Don Goyo”. Tres años después se traslada a Madrid, donde lo encuentra el estallido de la Guerra Civil. Fue corresponsal de guerra para diarios y revistas. Como resultado de esta experiencia, Aguilera escribió “Madrid, reportaje novelado de una retaguardia heroica”, primer libro escrito por un extranjero sobre la Guerra Civil. Hombre de letras y de negocios, ejerció el periodismo, la cátedra, la diplomacia. Escribió novelas, cuentos, teatro, reportajes novelados. Aguilera fue también un viajero incansable que, finalmente, adoptó a México como su segunda patria.

Volvamos al punto de su arranque literario como novelista.


En “Don Goyo”, una de las grandes novelas de la década del ‘30, Aguilera aúna espacio y personajes: ríos, esteros, manglares acogen a pescadores y mangleros desde una visión que incorpora el mito, las leyendas. A este mundo, la destrucción y el mal llegan desde el otro lado: lo traen los blancos de la ciudad. Lo que hace la hace una gran novela es el esfuerzo por narrar esa tensión desde la perspectiva de la comunidad nativa: la imaginación mítica convierte a los mangles en verdaderos interlocutores del personaje central.

A la literatura de la Generación del ‘30, del siglo XX, se la ha acusado, injustamente, de preferir el manifiesto y el cartel sin profundizar en la subjetividad de los personajes. No se ha querido ver cuánto hay de fundacional en ella, y no solamente porque descubre para la literatura un paisaje y una colectividad sino que cimienta un nuevo de escribir. De hecho, algunos críticos han encontrado, por ejemplo, en “Don Goyo”, las raíces del realismo mágico. Esta novela sondea las pulsiones mágicas y animistas de una colectividad, recupera su oralidad; se detiene en los saberes y sabores que paladean sus personajes: el café y el bolón de verde, las destrezas del machete, la cura con agua de guineo. La pulsión erótica atraviesa todo el texto, desde los mangles que se tiran a las islas, hasta la iniciación erótica de los animales jóvenes y de los protagonistas La novela no se cierra, se suspende con el suicidio del protagonista. Con su muerte, la historia regresa infinitamente a su comienzo siempre inacabado: el avance devastador del hombre blanco, la lucha de la comunidad y los resquicios para el encuentro erótico.

La temática terrígena de Aguilera Malta nutre parte de su obra posterior: La isla virgen, Siete lunas y siete serpientes, Jaguar. Benjamín Carrión lo retrató como “judío errante con libreta de direcciones”, el poeta lírico del grupo, el más tropical también.

“Hombre de letras y de negocios; escribió novelas, cuentos, teatro y reportajes novelados...”

La argentina Silvia Armoza se multiplica por cinco en "Perdóname Soy Mujer"

Alida Juliani Madrid, 23 abr (EFE).- La actriz argentina Silvia Armoza se mete en la piel de cinco mujeres distintas en "Perdóname Soy Mujer", un espectáculo construido "desde el principio del placer" y "totalmente hispanoamericano", con el que mañana viernes inaugurará en Madrid el Gran Festival de Humor Al Loro Latino.

"Perdóname Soy Mujer" reúne las historias de cinco mujeres, de cinco nacionalidades distintas -rusa, italiana, española, argentina y paraguaya- unidas por el mismo idioma, el español, y por los bolsos que llevan.

"El bolso de una mujer es su esencia. Cuando lo abres y ves qué lleva, sabes cuántas cosas hace. Cuantas más cosas hacemos, más cosas llevamos", explicó Armoza a Efe.

En una entrevista en el Teatro de la Comedia de Madrid, donde representará la obra, la actriz argentina se aproximó a los perfiles de esas cinco mujeres en las que se transforma cuando sube al escenario, y a las que asegura "llevar en la maleta".

"Algunas tienen tiempo conmigo, otras son nuevas, y hay muchas más en la recámara, de hecho, para este espectáculo tuve que hacer una ardua selección", dijo.

Durante los cincuenta minutos que dura la función, con un pequeño descanso por medio, Armoza utiliza a sus personajes para interactuar con el público.

"Una de las mujeres, la paraguaya, es sanadora y lee la mente, y la argentina, la de los bolsos, investiga lo que esconden en los suyos las espectadoras. Bajo del escenario y los abro", señaló.

En un continuo cambio de vestuario, la actriz argentina se convierte, además, en una rusa "vampírica", "en el sentido de que es capaz de chupar la energía de la gente", y toma los hábitos para meterse en la piel de una monja italiana.

Sin embargo, es la novicia que decide abandonar el convento, al que fue obligada a entrar por sus padres, la que representa lo que Armoza denomina su "hit", y el personaje que le acompaña desde hace más tiempo.

Antes de llegar a Madrid, "Perdóname Soy Mujer" se estrenó en Buenos Aires "con una sola función a modo de bautizo", y regresará a Argentina cuando la actriz termine su gira por España.

Allí, en el país latinoamericano, le esperan sus compañeras del grupo "Loca... Como tu Madre", del que forma parte junto a otras nueve artistas con las que realiza un exitoso programa de radio.

"La radio es nuestro pilar fundamental, pero con el paso del tiempo nos hemos conformado en una productora que genera distintos eventos, como por ejemplo esta gira", explicó.

A través del grupo, que nació en los años 90, la argentina se ha movido en todos los ámbitos, desde la radio, el teatro o la televisión, a la prensa escrita e incluso la literatura.

"Los programas de radio son de corte periodístico, con notas de actualidad, informativas y de investigación, aunque también tenemos una sección erótica, pero se trata de un erotismo sutil, casi literario", indicó.

Fueron precisamente los relatos eróticos los que les brindó la posibilidad de aparecer en los dominicales de los diarios y en la revista Playboy, para dar después el salto a la literatura con "Lenguas Vivas", publicado por la editorial Planeta.

"En el libro colaboró con sus dibujos Maitena, con la que nos une no sólo la misma generación, sino el mismo sentido del humor, porque el humor y el placer es siempre el principio de nuestro espectáculo", concluyó.

"Perdóname Soy Mujer" será el primero de los espectáculos que se representarán en Madrid dentro del Gran Festival de Humor Al Loro Latino, por el que pasarán, además artistas como el venezolano Carlos Donoso, el argentino Micky McPantom o el cubano Virulo. EFE ajs/mm (foto)

Entre lo erótico y lo femenino

Ya no alcanza tu desnudez para arroparme
mi cuerpo es una ciudad sitiada
una isla que naufraga entre las sombras del tiempo.

Samuel


Shatila Valdés Abi-Rashed es una de esas personas que poseen la virtud de crear una especie de magia en torno de sí, como si las leyes de la Física (hasta ahora conocidas) le concedieran atributos desconocidos para atrapar a los seres humanos y mostrarles los secretos que desbordan una imaginación vigorosa, donde no hay espacios para los prejuicios que, en muchos de nosotros, yacen escondidos.

Así ocurrió durante la presentación del libro: Nupcias de ermitaña que reunió a seguidores y conocedores de la obra de Shatila, en representación de tres generaciones de lectores —ávidos de conocer la siguiente propuesta—, después que la joven poetisa les estremeciera con su primer libro: Vidriera para una aceituna (Editorial Unicornio, 2003). Por supuesto, aquel texto no fue resultado de un hecho casual, sino consecuencia de un alto nivel conceptual y estético, a pesar de la juventud de su autora.

"Soy tu adolescente de menta/ un pabilo/ no te canceles/ no te canceles ruégate".

—Sin embargo, algunos apresuran un criterio injusto, en relación con tu persona, por considerar alarmante el erotismo en tu poesía. ¿Cómo les responderías?

—Pretenden encasillarme y eso duele, lo digo porque resulta insólito utilizar cualquier pretexto sin tener en cuenta textos precedentes que resultan tan ardientes o eróticos, llamémosle así, y están presentes en la obra poética de grandes mujeres latinoamericanas como Alfonsina Storni, Juana de Ibarbourou, Gabriela Mistral, Gertrudis Gómez de Avellaneda, Carilda Oliver Labra o Alejandra Pizarnik.

Lo cierto es que Shatila tiene la facultad de expresarse en términos de poesía, tomar de lo circundante y lo contingente para describir lo que aparentemente resulta ajeno a la poesía en la cual revela lo que, en el lenguaje popular, puede anexionarse en dominios que van más allá de la métrica impuesta por la Academia y en sus libros se han convertido en verdaderos retratos de la realidad cosmogónica humana y universal.

"Se comercian maniquíes (¼ ) Este planeta de tornillos sueltos se gasta la piel".

—Anunciaste que llevarás a la escena algunos de tus poemas. ¿Cómo has concebido este proyecto?

—Desde niña me gustó actuar. Recuerdo que, en la escuela, me escogían para declamar. En cada una de mis presentaciones actúo. Es natural que se produzca esa simbiosis que me permite emplear los recursos que domino a partir de mi inserción en el grupo de teatro Máscaras de Luna, en mí querida Artemisa. Por supuesto, debo agradecer a la directora de esta agrupación que descubrió mi potencial en forma temprana y decidió ayudarme. Pero sobre todo a la magia que ejerce mi abuelo materno: Benjamín Abi-Rached Sacre, a quien le comparto mis secretos y sueños, porque me escucha, como lo hacía mi abuela, Adelfa. Para ellos escribí algunos de mis versos. Me transformo, en cualquier escenario, como si despertase mi cuerpo la memoria genética que trasciende con la sensualidad característica de las mujeres del Oriente Medio. Eso sí, cuando estoy sobre las tablas, me proyecto con toda la intensidad de mi conciencia, de mi identidad de cubana.

"Se necesita entregar la sangre/ como aquellos guerreros del Moncada/ de mi Artemisa.

—Muchos te consideran una escritora precoz, teniendo en cuenta que ya tienes dos libros publicados.

—La precocidad no puede determinarse porque tenga equis cantidad de publicaciones. Como les ocurre a muchas personas, también he sorteado obstáculos. Pero no siempre he logrado evitarlos, a veces te hacen caer. Sin embargo, lo importante es imponerse, continuar. Es por eso que tengo siempre el ejemplo de la Loinaz, a ella le intentaron someter y se encerró "En los últimos días de una casa", pero siempre resultó telúrica, imponente como la mujer que representa la tierra y lo femenino como la describe Alejo Carpentier en su novela Los pasos perdidos. Por ahora son estos dos libros: Nupcias de Ermitaña y Vidriera para una aceituna, ambos publicados por la Editorial Unicornio en La Habana. Del primero son estos versos en el poema Viaje: Cae la tarde/ imagino un viaje/ una mujer sentada/ espera la mitad de un hombre/ se desboca/ síndrome de regar chorros/ se divorcian los conjuros/ cae la tarde/ me compro y sobrevivo.

¿Por qué, entonces, encerrarle en términos profanos por el erotismo en su obra? Responder a esa interrogante o, sencillamente, formularla, es aferrarse a esquemas que niegan el espacio donde Shatila se niega a ceder y defiende como un derecho legítimo de su incursión en los temas acrecientes, relacionados de acuerdo con los contextos sociológicos definidos por el ser humano en estos tiempos.

—¿Aseguran que prefieres mantenerte aislada, en tu casa, cuando no te encuentras en el teatro?

—Sí, me gusta refugiarme en mi hogar cuando no tengo ensayo o actuación. En esa especie de soledad encuentro la posibilidad de abstraerme, visitar otros mundos, dominar el espacio y el tiempo. A veces, experimento cosas que no sé de dónde llegan, incluso ocurren otras que, supongo, las determinan las circunstancias. Es importante tener en cuenta la trascendencia del ser humano en toda su obra: la que construye y la que destruye. Incluso, más allá de lo físico y lo espiritual: indagar en la huella que deja en el hombre en sí mismo, y en los demás; la aptitud apocalíptica que conduce al dilema que enfrenta la especie humana en estos tiempos. No obstante, es mi mundo y me ayuda a encontrar respuestas a muchas de las preguntas que deseo hacer, o silenciar mis miedos.

"Soy la culpa/ no evites la venganza/ ni al verdugo/ voy a ser inocente".

—¿Has pensado incursionar en otro género, en la literatura?

—Me gustaría hacer una novela autobiográfica. También he descubierto que puedo escribir para los niños. Tengo una sobrina que me inspiró algunos poemas. Es posible que pronto entregue un libro con versos dedicados a los niños. Es un compromiso que asumiré con toda la sensualidad que me caracteriza, lo considero todo un desafío.

—Muchos te recuerdan como la primera locutora del Telecentro de Artemisa, incluso algunos piensan que es prolongado el tiempo que no te ven en la pantalla local.

__Eso ya es historia. Es cierto que tuve el privilegio de ser la primera locutora cuando se inauguró el Telecentro de Artemisa (ArTv). Creo que la gente, cuando me recuerda, expresa su criterio en relación con mi trabajo en la televisión. Eso me satisface, incluso algunos me identifican (en la calle) como la chica del 60: ese es el número en el selector del canal.

—¿Un deseo?

—Me gustaría actuar en una película con Almodóvar.

Sonríe. Detrás de sus ojos, un brillo inusual marca el sentido de una respuesta contundente como aquel poema que título: Abandoné la espiritualidad y, sin embargo, deja (al lector) un sabor de continuidad y desafío en el único verso que le integra: Págame. Porque un poema, desde el nacimiento hasta la muerte, se elabora en el subconsciente del poeta, que solo llega a revelar (de este) solo fragmentos arbitrarios. Esta vez, Shatila nos coloca frente a un espejo donde cada una de sus obras resulta una especie de sortilegio que nos permite descubrir nuevos o inadvertidos paisajes de nuestra naturaleza humana.

Se estrena la obra sobre el genio Botana,el de la auténtica Critica

A las 21 horas se estrenará este viernes en el Teatro Presidente Alvear (Avenida Corrientes 1659), Titulares (La Voz del Pueblo) de Bernardo Carey, con dirección de José María Paolantonio. El elenco está integrado por Alejandro Awada, Ana Yovino, Cutuli, Manuel Vicente, Emiliano Dionisi, Carlos Da Silva, Rubén Ballester, Mónica D´Agostino, Naanim Timoyko, Pablo Razuk, Pablo Alvarenga, Pedro Ferraro, Nelson Rueda, Mariano Fernández, Mónica Lerner, Juan Manuel Fernández, Celeste Gerez, María Milesi, Pablo Sciolini y los bailarines Evelina Bubillo, Manuel Coggiola, Antonio Hair, María Laura Lanci, Luciana Larocca, Sergio Lobo, Martín Peirano, Claudia Rocha, Emmanuel Robredo Ortiz, Pilar Rodríguez Rey y Mónica Soruco. La coordinación multimedia es de Walter Peña, el arte multimedia de Sebastián Irigo, la coreografía de Mecha Fernández, la música de Luis María Serra, la iluminación de Ernesto Diz, el vestuario de Nené Murúa y la escenografía de Héctor Calmet.

Las funciones se ofrecerán de miércoles a domingos a las 21 horas.

Platea $35.- Platea alta $25.- Tertulia $15.- Miércoles, día popular: platea y platea alta $20; Tertulia $10.-.

La obra

Titulares (La Voz del Pueblo) gira en torno a la vida de Natalio Botana, el fundador de Crítica, diario que alcanzó su apogeo en 1927 y que implicó un nuevo estilo de periodismo, caracterizado por el sensacionalismo y el interés por la cultura popular y la llegada a las masas. La obra muestra a Botana en acción en la redacción de su diario en los momentos de gestación de las noticias a ser publicadas; su relación con la política, a través de, por ejemplo, su vínculo amistoso con el general conservador Agustín P. Justo; y su vida personal, signada por la unión con Salvadora Medina Onrubia, una fogosa militante anarquista, y por un drama familiar. A partir de la vida de este magnate de los

medios, se retrata el Buenos Aires de los años 30’: entre otros rasgos, la popularidad del tango y de Carlos Gardel, y el ambiente intelectual y artístico de la época, que atrajo a un pintor comunista como David Alfredo Siqueiros, a quien Botana le encargó un mural en el sótano de su mansión.

El autor

Bernardo Carey nació en 1934, en Buenos Aires, Argentina. Hasta la década del 70’ publicó una novela, cuentos y artículos sobre temas culturales y políticos, entre los que se destacan el libro de cuentos El frasco de dulce (1958), la novela Adiós a la izquierda (1964) y sus cuentos publicados en las antologías Buenos Aires, de la fundación a la angustia, (1967), El fútbol (1967), Historias del peronismo (1973), Erótica Argentina (2000) y Eros (2003).

A partir del estreno de su primera obra teatral, Cosméticos, dirigida por Julio Ordano en 1979, presenta hasta la fecha más de una veintena de piezas, entre las que se destacan Patagónicas, El sillico de alivio o El retrete real (estrenada en 1985 en la Sala Cunill Cabanellas del Teatro San Martín) y Florita, la niña perseguida (estrenada en la misma sala en 1991), dirigidas por Lorenzo Quinteros; Don Miseria y Margarita, La transa y Homero, dirigidas por Manuel Iedvabni; y Encuentro casual, El hombre de yelo, Los dos ladrones y Don Juan Milonga, dirigidas por Alberto Cattán. En el bienio 2000/1 pone en escena la adaptación del folletín Hormiga negra de Eduardo Gutiérrez, que realizó junto a Osvaldo Lamborghini y Lorenzo Quinteros con dirección de éste último. Hormiga negra fue seleccionada para representarse en el III Festival Internacional de Buenos Aires. En el año 2001 también estrena en el Teatro del Pueblo su obra Bar/Grill, dirigida por Julio Ordano. En 2003 estrena en el Teatro Presidente Alvear la comedia musical Discepolín y yo, escrita en colaboración con Betty Gambartes, quien también la dirige. En 2004 se produce el estreno mundial en el Teatro Colón de la ópera Fuego en Casabindo, cuyo libreto escribe en colaboración con Eduardo Rovner sobre la novela homónima de Héctor Tizón, con régie de Alejandro Tantanian y dirección musical de Carlos Calleja. Y, finalmente, en 2006 estrena en el Teatro del Pueblo En el aire, bajo la dirección de Manuel Iedvabni.

Ha obtenido numerosos premios como el 1er.Premio Municipal de Buenos Aires, los 2do. y 3er. Premio Nacional, los premios Argentores e Instituto Internacional de Teatro (UNESCO), el Estrella de Mar, etc.

Es integrante de la Fundación "Carlos Somigliana" (SOMI) para el estímulo del autor teatral desde su creación en 1990. Desde 1995 forma parte del Consejo Directivo y Artístico del Teatro del Pueblo e integró las comisiones de repertorio de los teatros Contemporáneo (1981-83) e IFT (1995-96). Desde 2004 integra la Mesa y la Junta Directiva de ARGENTORES.

Ha dictado cursos y seminarios de dramaturgia en diversas provincias argentinas, fue jurado y participó en mesas redondas y en congresos nacionales e internacionales. Fue el primer docente de Dramaturgia de la carrera homónima creada en 1993 en la Escuela Nacional de Arte Dramático "Antonio Cunill Cabanellas".

El director

Nacido en la provincia de Santa Fe, José María Paolantonio comenzó a desarrollar su actividad artística en dicha provincia durante la década del 50. Entre 1949 y 1956 dirigió el Teatro de Arte dependiente de la Universidad Nacional del Litoral. Entre 1952

y 1954 dirigió el teatro de títeres "Retablillo de Maese Pedro", y entre 1953 y 1956 consolidó un intenso trabajo como narrador y dramaturgo.

En la década del 50 también fue Secretario de Cultura y Acción Social de la Municipalidad de Santa Fe. Por esos años dirigió Antígona, Noche de cólera, La hermosa gente, Saverio el cruel, autos sacramentales y farsas medievales francesas.

Como autor produjo, entre otras obras: Siete jefes (Premio Losange 1959), Alto y verde matrimonio y Dos gemelos en apuros.

Instalado en Buenos Aires trabajó -como autor y director- en el desaparecido Instituto Di Tella, del que además fue Secretario de Extensión Cultural. Entre sus obras pueden destacarse Fuego asoma, Bach y Round, ¿Dónde queda...que puedo tomar? (en colaboración con Osvaldo Maggi), El jardín de los Frenchi Berutti, Paraíso de Ana y Mercedes, Entre hombres solos. Asimismo escribió y dirigió en 1972 el infantil Aire libre, estrenado en la Sala Casacuberta del Teatro San Martín. En teatro para niños dirigió también una versión de Canciones para mirar de María Elena Walsh en el Centro Cultural San Martín.

Escribió las siguientes adaptaciones para televisión: Jettatore, Mateo, He visto a Dios y Gente de Barracas. En cine escribió el libro de Quebracho y La Raulito y dirigió La película y El juguete rabioso.

Fue profesor de la Escuela Nacional de Arte Dramático. Entre sus puestas en escena de las últimas décadas figuran El burgués gentilhombre de Molière (estrenada en la Sala Martín Coronado del Teatro San Martín en 1982), Pasión y muerte de Silverio Leguizamón de Bernardo Canal Feijóo (estrenada en la misma sala en 1983), Trescientos millones de Roberto Arlt (estrenada también en la Coronado en 1992), Puede ser o es lo mismo de Javier Villafañe (interpretada por la Comedia juvenil del Teatro San Martín y estrenada en 1996 en la Sala Cunill Cabanellas), Esperando la carroza de Jacobo Langsner (estrenada en 2000 en el Teatro de la Ribera) y la versión teatral de Doña Flor y sus dos maridos de Jorge Amado, presentada en 1983 y 2006.

22.4.09

Dan a conocer en teatro la literatura erótica africana

En un montaje colorido y entretenido, basado en tres historias cortas del libro "Decamerón negro", de Leo Frobenius, la puesta teatral "Cuentos eróticos africanos", que reinició temporada en el Foro La Gruta, del Centro Cultural Helénico, recrea los mitos y costumbres de la cultura africana.

La compañía teatral Gomer Caracol Exploratorio es la encargada de llevar al público en este viaje por las pasiones, sentimientos y relaciones que se dan en torno al placer, visto como parte esencial de la vida, a través del colorido y el baile.

El montaje está basado en el libro "Decamerón negro", del antropólogo alemán Leo Frobenius, quien realizó un extenso trabajo etnográfico en el continente africano, el cual reunió la sabiduría, humor y visión erótica de esa región del planeta.

Bajo la dirección de Jesús Jiménez y Marisol Castillo, el tríptico escénico integra los relatos "Leyenda de las amazonas", "Un hombre cuyo oficio es el amor" y "Las hijas del juez".

El montaje inicia y concluye con un baile, con movimientos del cuerpo sin represión alguna, liberándose de las ataduras sociales y logrando el pleno gozo del alma de aquel continente.

El primer cuadro, "Leyenda de las amazonas", relata el primer contacto de un hombre y una mujer; resultado de esa unión sexual nacen 50 mujeres e igual número de hombres, quienes hablan con los elementos de la naturaleza, viven en las profundidades de la Tierra y un enorme río los divide.

Situación en la que una flecha y un jarrón representan de forma mítica la primera unión del "abbusch" y el "achatschum", palabras africanas usadas para los genitales femeninos y masculinos, respectivamente.

"Un hombre cuyo oficio es el amor" aborda la historia de tres hermanos que buscan trabajo. Uno es albañil, otro carpintero y el último tiene un oficio muy particular, ya que es un "nsani" o "un orfebre que trabaja mientras los demás hombres duermen".

En este segundo relato, dos damas vestidas con trajes sastre y sombrero son las narradoras del cuento de pasión y regocijo al estilo del cabaret y con música de jazz, que con indumentaria masculina recrearán a los tres hermanos y otros personajes.

El último cuadro, "Las hijas del juez", relata las constantes apuestas que realizan dos hermanas con un hombre que llega a trabajar para su padre y cuya función es representar al honorable juez cuando sale de viaje.

En la pieza escénica, las mujeres le ponen varios retos al joven, quien utiliza reflexiones legales para alcanzar, en dos ocasiones, una recompensa de 50 monedas de oro por mantener entretenidas en las noches al par de hermanas.

Muriel Richard, Marisol Castillo, Amada Domínguez y Marina Vera componen el elenco encargado de contar las tres historias eróticas que muestran, de una manera singular, la visión africana sobre las relaciones que se dan entre hombres y mujeres, acompañadas del tambor del músico Uzziel García Jacinto.

Con funciones los martes desde el 20 de enero pasado, en el Centro Cultural Helénico, "Cuentos eróticos africanos" apuesta por la sutileza y belleza de los relatos y utiliza el colorido y el baile para completar una atmósfera festiva y sensual.

Ene (Notimex).-

Empleo y erotismo

14.4.09

Erotismo y mas



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