29.5.09

Andrea Estévez abre su ropero

Ropa que brilla

La ex chica Playboy, que el año pasado participó en Patinando por un sueño, nos recibió en su casa para contarnos cómo arma su look. Andrea nos sorprendió con una colección de prendas brillantes, mucho color, pedrería y transparencias. No te pierdas este video.


Andrea Estévezes la morocha que hace un tiempo salió en la tapa de Playboy y dejó a medio país con la boca abierta. Escultural, simpática y sexy por los cuatro costados, tiempo después la vimos deslizarse por el hielo de la pista de Marcelo. Es que la chica es una bailarina

profesional, que se formó en Argentina y Estados Unidos, y Tinelli la convocó para que participara en su programa. Ahí saltó a la masividad y después las ofertas de trabajo no pararon. Hizo teatro de revistas, shows y desfiles. La gente no para de saludar a esta Miss Argentina que aún no puede creer qué implica ser famosa.

Como buena profesional, Andrea Estévez nos recibió en su casa preparada para mostrarnos cada una de sus prendas y para hablar de lo que más nos gusta a las mujeres: la moda. Mirá su ropero y animáte a copiarla


- ¿Cuál es tu debilidad en materia de ropa?

Mi debilidad en materia de ropa es todo. Amo la ropa, los accesorios, los zapatos, las carteras. Soy una perdida con mi sueldo. Pero hay algo que no puede faltar en mi placard, así sea que uno se ponga un jean o algo más informal o bien se vista un poquito más, es la prenda que te termina de vestir, es una buena chaqueta de cuero, es eso lo que no puede faltar en mi placard así que verán que tengo variedades de colores. Y ya tengo pensaditas dos o tres más colores que quiero también así que próximamente se incluirán en el placard.

-¿Te gusta ir a desfiles de moda?

Me gusta mucho ir a desfiles de moda, los disfruto. Tuve oportunidad de ir a varios. Desde 2001, que salí Miss Argentina me tocó desfilar y lo disfruto desde los dos lugares: mirar y, por supuesto, estar arriba de la pasarela. Sí realmente, es un evento que me gusta. Está todo relacionado con lo que es la moda y las tendencias y eso es lo que me atrae y disfruto cada instante.

- ¿Cómo te preparás para una noche especial, para seducir a tu pareja?

Soy de usar lencería erótica, me encanta, me gusta mucho. En realidad no me gusta y no comparto lo que son los disfraces, me parece muy gracioso. No me gusta ni para mí ni para la persona que esté conmigo porque es imposible remontar algo sensual desde ese lugar. Pero sí me gusta la transparencia, me gusta el encaje. Me parece que hay que tener en el placard una prenda que sea para esa noche especial con quien vos quieras que sea y en mi placard no falta, al contrario, te diré que tengo muchas prendas y algunas fueron regalos y fueron disfrutadas en un muy buen momento.

Zapata y Guillén, lesbianas cachondas en obra de teatro

En “Espina y Flor” Maya Zapata y Francesca Guillén actúan como dos personas que viven el amor sin temor a los estereotipos

Aunque las actrices Maya Zapata (1981) y Francesca Guillén (1977) no se atrevieron a darse un beso con humedades y todo para la portada de KIOSKO, se acercaron lo suficiente intentando demostrar que eso de “lesbianas cachondas y sensuales” es un papel que les va de maravillas cuando están a punto de estrenar la obra de teatro Espina y flor.

Como Madonna y Britney Spears en MTV, como las veteranas Rebeca Jones y Jacqueline Andere en la recientemente estrenada Entre mujeres, las jóvenes actrices mexicanas sellarán con sus labios el amor erótico entre Alexa y Lirio, una pareja que en la obra escrita por Raúl Zermeño vive el amor sin temor a los estereotipos. “Somos una pareja lesbiana absolutamente amorosa, sensual, erótica, cachonda”, recita Guillén quien parece enlistar todos adjetivos del diccionario sin encontrar uno que abarque a los personajes.

Maya Zapata no duda. Va sobre el libro de Simon de Beauvoire. Lo abre.

Lee las dos líneas subrayadas en La mujer rota. Se ríe a carcajadas. Lo vuelve a leer. Ríe más fuerte. No se detiene. Se ríe, dice, porque es verdad: “En la mayoría de los hombres dormita un adolescente nada seguro de sí mismo”, según escribe Beauvoire.

Con pretexto del próximo estreno de la obra Espina y flor, Zapata y Francesca Guillén abrieron algunos libros que hablan, igual que la obra, sobre el amor y la sensualidad sin bordes. Dato importante: sus personajes

La carne es sustancial en Espina y flor —que se estrenará el 10 de junio en el Teatro Helénico.

Además de Alexa y Lirio, el cuadro se completa con otras dos parejas reunidas para jugar una especie de gallinita ciega sensual: intentan reconocer a sus respectivas parejas con los ojos vendados y a través del tacto.

“Punzocortante”. Así define Francesa Guillén a Espina y flor, cuyas funciones serán los miércoles. “Descorazonada”, matiza Maya Zapata. En todo caso, la anécdota de este texto “ríspido” lleva la semilla del dolor: “El amor —dice Maya— es un sentimiento revolucionario y, como toda revolución, es dolorosa; así pasa en una sociedad y también en un cuerpo”.

Pero no sólo el dolor sino incluso la muerte, según El amor en los tiempos del cólera. Francesca Guillén lee en la novela de Gabriel García Márquez: “Habían vivido juntos lo bastante para darse cuenta de que el amor era el amor en cualquier tiempo y en cualquier parte, pero tanto más denso cuanto más cerca de la muerte”.

La cita coincide en más de un sentido con lo planteado en la obra. Francesca lo explica: “Cuando el amor se vuelve tan profundo llega a matar al otro porque da por hecho que se conocen y la continuidad del día a día los lleva a la muerte. La primera vez que leí Espina y flor me dejó triste y con la sensación de que todo estaba perdido”, dice la actriz.

Este sentimiento proviene, opina Zapata, de una pregunta fundamental que se repite a lo largo del texto: ¿La pareja todavía funciona tal y como está concebida en la actualidad?

No se trata, ni siquiera, de una cuestión de sexos o diversidad. En la obra, ellas interpretan a una pareja lesbiana supuestamente feliz que de pronto se tropieza con sus propios errores.

“Hay una incompatibilidad que no nace de la diferencia de sexos sino de una enfermedad que flota en el aire, que no es la influenza ni se previene con tapabocas. Es una enfermedad provocada por el caos de esta sociedad estresante y demandante en la que todos buscamos una pareja para que sea nuestro doctor y nos cure”, analiza Zapata.

Quizá por eso mismo, ella se rió tanto con las líneas de Simon de Beauvoire:

“Es que los hombres no se han permitido crecer y llegan a una falsa vejez.

“Todo el tiempo están tratando de recuperar a su madre, quieren que sus parejas sean la madre de su infancia.”

28.5.09

Son lesbianas amorosas, sensuales y eróticas en “Espina y Flor”

(EL UNIVERSAL).- Aunque las actrices Maya Zapata (1981) y Francesca Guillén (1977) no se atrevieron a darse un beso con humedades y todo para la portada de la sección KIOSKO de EL UNIVERSAL, se acercaron lo suficiente intentando demostrar que eso de “lesbianas cachondas y sensuales” es un papel que les va de maravillas cuando están a punto de estrenar la obra de teatro “Espina y Flor”.



Como Madonna y Britney Spears en MTV, como las veteranas Rebeca Jones y Jacqueline Andere en la recientemente estrenada "Entre mujeres", las jóvenes actrices mexicanas sellarán con sus labios el amor erótico entre Alexa y Lirio, una pareja que en la obra escrita por Raúl Zermeño vive el amor sin temor a los estereotipos.



"Somos una pareja lesbiana absolutamente amorosa, sensual, erótica, cachonda", recita Guillén quien parece enlistar todos los adjetivos del diccionario sin encontrar uno que abarque a los personajes.


Maya Zapata no duda. Va sobre el libro de Simon de Beauvoire. Lo abre.


Lee las dos líneas subrayadas en "La mujer rota". Se ríe a carcajadas. Lo vuelve a leer. Ríe más fuerte. No se detiene. Se ríe, dice, porque es verdad: "En la mayoría de los hombres dormita un adolescente nada seguro de sí mismo", según escribe Beauvoire.


Con pretexto del próximo estreno de la obra "Espina y flor", Zapata y Francesca Guillén abrieron algunos libros que hablan, igual que la obra, sobre el amor y la sensualidad sin bordes. Dato importante: sus personajes


La carne es sustancial en "Espina y Flor" —que se estrenará el 10 de junio en el Teatro Helénico.
Además de Alexa y Lirio, el cuadro se completa con otras dos parejas reunidas para jugar una especie de gallinita ciega sensual: intentan reconocer a sus respectivas parejas con los ojos vendados y a través del tacto.


"Punzocortante". Así define Francesa Guillén a "Espina y flor", cuyas funciones serán los miércoles. "Descorazonada", matiza Maya Zapata. En todo caso, la anécdota de este texto "ríspido" lleva la semilla del dolor: "El amor —dice Maya— es un sentimiento revolucionario y, como toda revolución, es dolorosa; así pasa en una sociedad y también en un cuerpo".


Pero no sólo el dolor sino incluso la muerte, según "El amor en los tiempos del cólera". Francesca Guillén lee en la novela de Gabriel García Márquez: "Habían vivido juntos lo bastante para darse cuenta de que el amor era el amor en cualquier tiempo y en cualquier parte, pero tanto más denso cuanto más cerca de la muerte".


La cita coincide en más de un sentido con lo planteado en la obra. Francesca lo explica: "Cuando el amor se vuelve tan profundo llega a matar al otro porque da por hecho que se conocen y la continuidad del día a día los lleva a la muerte. La primera vez que leí ‘Espina y Flor' me dejó triste y con la sensación de que todo estaba perdido", dice la actriz.


Este sentimiento proviene, opina Zapata, de una pregunta fundamental que se repite a lo largo del texto: ¿La pareja todavía funciona tal y como está concebida en la actualidad?


No se trata, ni siquiera, de una cuestión de sexos o diversidad. En la obra, ellas interpretan a una pareja lesbiana supuestamente feliz que de pronto se tropieza con sus propios errores.


"Hay una incompatibilidad que no nace de la diferencia de sexos sino de una enfermedad que flota en el aire, que no es la influenza ni se previene con tapabocas. Es una enfermedad provocada por el caos de esta sociedad estresante y demandante en la que todos buscamos una pareja para que sea nuestro doctor y nos cure", analiza Zapata.


Quizá por eso mismo, ella se rió tanto con las líneas de Simon de Beauvoire:
"Es que los hombres no se han permitido crecer y llegan a una falsa vejez. Todo el tiempo están tratando de recuperar a su madre, quieren que sus parejas sean la madre de su infancia", remata.


Diario Rotativo de Querétaro

25.5.09

Las primas hot dan que hablar

La princesa Máxima tiene una que es stripper y fanática del baile del caño. Valeria Mazza tuvo roces y Jessica Cirio tuvo que recurrir a la justicia



Lo primero es la familia, pero para muchas figuras del espectáculo y la realeza, a algunos parientes más vale perderlos que encontrarlos. Pese a todos los intentos y estrategias para desentenderse de las relaciones parentales que les tocaron en suerte, primas lejanas aparecen en escena para generarles a las estrellas más de un dolor de cabeza.

Al mismo tiempo que la princesa recorre castillos y cumple con todas las pautas del protocolo del otro lado del océano, su prima es amada por las plateas masculinas en cada presentación como stripper. La familia a Máxima Zorreguieta le generó varios problemas y siempre tuvo que apelar a su inteligencia para salir airosa.

Primero fue su padre que no pudo asistir a la boda en febrero de 2002 con el príncipe Guillermo de Orange ante el pedido del primer ministro Holandés, Win Kok, por haber sido un miembro civil del régimen del dictador argentino Jorge Rafael Videla, y que provocó una ruidosa polémica tanto en Holanda como en Argentina.

Superado el mal trago, apareció una prima que precisamente arremete contra todo tipo de normas y protocolos. Es stripper de profesión, especialista en el baile del caño y también probó suerte como actriz erótica, en comedias y teatro de revista.

Asegura que lo suyo es desnudarse “porque como yo siempre digo, bailando en un cabaret ganás mucha plata, es plata fácil, sin disciplina, aunque a veces también me gusta probar otras cosas”. La filiación entre Laura Viñas y Máxima salió a la luz en 2004. Son primas segundas por parte de un bisabuelo.

Mientras Máxima nunca se refirió públicamente ni mantuvo un encuentro con su prima, Laura lógicamente aprovechó la popularidad mundial de su pariente y hasta la refería en algunos programas televisivos donde trabajó, como en Nino Dolce, Chef y Amante, durante 2006, donde un personaje con el nombre de su prima irrumpía en la pantalla y ambas comenzaban un juego erótico que buscaba simular un affaire lésbico entre primas.

Ante la indiferencia de la princesa de los Países Bajos, Laura no se calló y aseguró en alguna oportunidad que “es una huevada que la endiosen por ser de la realeza. Yo soy una chica de Barrio Norte que baila en un cabaret ¿y qué? Vivir en el palacio o en un tres ambientes es lo mismo”.

La prima lejana de Valeria

Valeria Mazza siempre se mostró como una chica muy atenta a los buenos modales, a ser solidaria, buena madre y esposa, preocupada por que su imagen pública sea intachable.

La Claudia Schiffer argentina además de dar cuenta de todos sus bellos atributos físicos, siempre se manifestó feliz y realizada ante su familia consolidada y su exitosa carrera en el modelaje y como empresaria.

Todo parecía perfecto, pero los últimos tiempos para la modelo estuvieron convulsionados, y además de tener problemas impositivos, una lejana prima apareció en los medios para sumarse a la polémica desatada por viejas declaraciones en las que Valeria Mazza aseguraba que la adopción en parejas gay le parecía un hecho “aberrante”.

Mariam Ginnes no sólo dijo estar “dolida” por los dichos de la modelo acerca de los homosexuales, sino que se presentó como travesti y prima lejana de Mazza. “En mi núcleo familiar hay extremos, de más está decir que el sector de Valeria es el más conservador”, declaró Ginnes que dijo que el parentesco con la modelo es mediante su bisabuelo Francisco Mazza.

La joven que quiere crecer en el mundo artístico contó que nunca tuvieron trato, siempre fue un tema recurrente en las reuniones familiares la prima modelo y hasta deslizó que su sueño es convertirse en “la Valeria Mazza de los travestis”.

Sobre su prima, la modelo dijo a la prensa que “si quieren investigar sobre ese tema, no tengo problemas. La verdad es que no tengo conocimiento de todo el árbol genealógico mío” y le deseó “mucha suerte en este show en el que quiere iniciarse” a la joven Mariam.

Fotos polémicas

Muy diferente es la situación de Jessica Cirio con su prima, aunque su caso también está envuelto con la polémica. Su prima es Mariquena Cornejo, de notable parecido físico con Cirio.

Además de tener muchos rasgos en común, la pequeña Mariquena quiere seguir los pasos de Jessica y entonces su prima la alentó a ser la tapa de una revista para hombres, sin saber que esto terminaría en juicio y con una gran indignación por parte de las rubias.

Es que la foto en la que se ve a Cornejo fueron publicadas bajo el título: “¡Lo que Pompilio no vio! Mariquena, la prima de Jessica Cirio”. Cirio no disimuló su enojo -al vincularla una vez más con el ex presidente de Boca Juniors ya fallecido- y por eso ambas iniciaron acciones legales contra la empresa gráfica.

Así, una prima también la complicó, aunque la pobre Mariquena no tenga responsabilidad alguna en el tema sino que su imagen fue empleada para avivar un fantasma que le viene molestando.

“Creo que ésta es la única manera para que esto no se repita”, manifestó Cirio, quien aseguró estar “cansada de que jueguen con mi imagen porque en definitiva es mi imagen, no sólo a nivel profesional sino también a nivel personal y más allá de todo tengo una vida”.

Pero más allá de este incidente, Mariquena señaló que Jessica suele ser una gran consejera y le prohibió transformarse en una botinera. “No quiere que salga con jugadores. A los hombres ella es la que me los aprueba o me los rechaza”, dijo la flamante modelo que aseguró que antes que un jugador de fútbol prefiere salir “con un polista, porque tienen más glamour”.




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Que no la llamen raquetera

El regreso de un señor trovador

Luis Eduardo Aute. Cantará en Montevideo en dos únicas funciones, el 29 y 30 de mayo


ALEXANDER LALUZ

El 29 y 30 de mayo, Luis Eduardo Aute vuelve a Montevideo para presentar Memorable cuerpo. Es su última y muy lujosa producción: una caja con siete discos más un DVD y un libro, que repasa una porción amplia de toda su obra musical.

Este regreso será al Cine Teatro Plaza, el mismo escenario que lo recibió en 2007. Allí volverá a interpretar esas piezas que merecerían, y con justificada razón, etiquetarse como "canciones de siempre". Versos, músicas, imágenes, búsquedas interiores que vuelven una y otra vez a la voz de su autor. Un hombre que promedia los sesenta años, y luce, en estampa, arte y pensamiento, también "como siempre".

Ese repertorio que se canta ya de memoria (tanto Aute como su público, que se cuenta en números de varias, varias cifras), tiene desde este año un nuevo envase: la lujosa caja de Memorable cuerpo. Los siete CD revisitan con nuevos sonidos las viejas canciones (más de cien). El DVD reúne imágenes de conciertos y entrevistas. Y, quizás no podía faltar, el libro: con textos y reproducciones de su también larga obra plástica. Este regalo ideal para fanáticos, sin embargo, está (casi) agotado, ya que fue una edición limitada, y no tuvo distribución en esta región. Pero para tranquilidad de ansiosos coleccionistas, seguidores incondicionales, hay algunos paliativos (o sustitutos menores) que sí llegarán a las orillas del Plata. Mientras tanto, las expectativas tienen un objetivo más cercano: los dos conciertos en el Plaza, donde tocará clásicos, algunos títulos nuevos, apoyado por un trío que hace mucho tiempo que sigue (y conoce muy bien) sus sinuosos itinerarios artísticos. En el piano estará Igor Tukalo, Antonio Tony Carmona se hará cargo de las guitarras (sí, el mismo que integra el grupo Ketama), y Cristina Narea, fina vocalista y compositora española.

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www.InfoSurHoy.com/sp/multimedia/ Al teléfono. La semana pasada, Aute estaba cumpliendo en Argentina con algunas de las fechas de esta larga gira latinoamericana que, luego de tocar el puerto de Montevideo, seguirá en España.

Imaginar la escena que se vivía el jueves, en horas del mediodía, en un conocido hotel de la capital porteña es muy fácil. Agendas abiertas, muchas llamadas telefónicas, cigarrillos, el almuerzo, más cigarrillos, más llamadas telefónicas. Tras un par de intentos frustrados, la llamada de El País finalmente entró. Aute estaba terminando de almorzar. Pero en tono de apurada sobremesa (los teléfonos le seguían sonando), habló muy generosamente de sus pasiones.

"En Montevideo voy a hacer una selección de las canciones que he compuesto en estos más de cuarenta años", dice. Será el mismo material que integra Memorable cuerpo, un título que homenajea a un libro de poemas eróticos de Paul Eluard, uno de sus poetas preferidos. "Esa caja aquí lamentablemente no se distribuye porque ya se agotó", y que incluye la serie de discos Autorretratos. "El volumen tres de esa serie -dice, casi como una forma de calmar el cuestionamiento previsible de algún fanático- es el que se va a distribuir aquí, si es que ya no ha llegado". Además, la caja de Memorable cuerpo "también tiene un DVD y hay un libro con una edición muy cuidada, muy bonita, con reproducciones de pinturas mías de estos más de cincuenta años que tengo en la plástica".

Este otro campo del arte es una de las pasiones que se cruzan, compiten y se complementan en la vida de Aute. Actualmente, "estoy exponiendo en la Real Academia de España una retrospectiva de toda mi producción, y reúne dibujos, pinturas, grabados, bronces. Es una exposición que ha girado por España y también llegó a América. Estuvo en la Habana, luego en Bogotá, Quito. Esa itinerancia tendría que haberse iniciado en Buenos Aires, pero una coincidencia de fechas con el montaje en Cuba, determinó que se postergara la llegada al Río de la Plata, cosa que sucederá el año que viene". Si bien esta muestra no llegó (todavía), su gira musical sí. Y en todas las ciudades en las que recaló, fue recibida con gran entusiasmo. "Vengo de Colombia", repasa. "Allí estuve en Medellín, Bogotá. En Argentina tengo cinco conciertos, y después sigue Uruguay y vuelvo a España, donde seguiré la gira. Más cerca de fin de año estaré de vuelta en Centroamérica, en el caso de que el virus famoso no esté".

Trovador. "La palabra cantautor es muy fea. Creo que trovador es mucho mejor", confiesa sin dar alambicadas explicaciones sobre su condición de compositor e intérprete. "Cantautor es un término que se importó de Italia hace muchos años y ahí se quedó. Pero no me gusta simplemente por una razón fonética", agrega.

Encontrada la definición más ajustada, Aute despliega generosamente su oficio, su sabiduría poética para tentar un breve análisis de la canción popular, la llamada canción de autor y su propia creación. "Toda canción es de autor. Detrás de toda creación hay alguien que tiene una mirada personal, un punto de vista distinto, una manera de entender la vida, el mundo, el demonio y la carne. Y la música y las letras son sus formas de manifestarlo". Y reconoce que "hay generaciones nuevas que están en la órbita de la `canción de autor`, tanto en España como en América Latina. Mucha gente joven que está escribiendo y componiendo muy bien en términos generales". De todo es amplísimo panorama, Aute hace una suerte de recorte, casi quirúrgico, para adjudicarle a los raperos un sitial de privilegio en esta expresión. "Ellos tiene textos enormes, la mayor de parte de ellos agresivos, pero que hacen un retrato crítico, con mucha crónica, de la realidad más inmediata". En su caso particular, ya es bien conocido: "el protagonista de mis canciones es el bicho humano. Ese extraño ser que está aquí solo, que se irá solo, que se hace preguntas y tiene que sobrevivir". Esa es la materia que pulsa en su poética musical, dando vida a mundos de gran intimidad, reflexión, y redescubrimientos.

El espíritu inicial
En los últimos años, este intérprete y compositor filipino-español, ha reeditado con nuevas versiones casi todas sus canciones. Una muestra de ello es la reciente edición de Memorable cuerpo, o la conocida serie Auterretratos. "El motivo para estas reediciones -confiesa Aute a El País- es bastante banal. Y si pudiera regrabaría todo. Hay muchas canciones de mi primera época que todavía están en vinilos y mi propósito es tener todo en un mismo soporte". Además, "muchas de esas canciones se grabaron sin que yo tuviera todo el control de la producción. Algunas canciones intimistas se editaron con arreglos para grandes orquestas, y algunas de ellas tenían muy poco que ver con esas sonoridades. Era una moda, y yo no lo controlaba". El otro motivo para este proyecto de revisión es que "ahora yo soy el productor financiero de estas ediciones. De todos los discos anteriores el propietario es la compañía discográfica. Y esas empresas luego se disuelven, pactan con otras, y uno se encuentra con canciones propias mezcladas en repertorios absolutamente inverosímiles. Al ser el propietario de la producción ese panorama cambia por completo". La apuesta, sin duda, le está dando la oportunidad de reapropiarse de un lenguaje, una estética únicas.


El País Digital

15.5.09

FERNANDO LUGO: LA IGLESIA OCULTA: PEDOFILIA, SIDA Y ALGO MÁS

A propósito del escándalo desatado con las confesiones de Fernando Lugo en Paraguay, reproducimos este artículo de Carlos Machado que constituye un repaso a la corrupción sexual en la Iglesia católica de Latinoamérica. (ENKIDU Maggazine)


A propósito del escándalo desatado con las confesiones de Fernando Lugo en Paraguay, reproducimos este artículo de Carlos Machado que constituye un repaso a la corrupción sexual en la Iglesia católica de Latinoamérica. (ENKIDU Maggazine)


LA IGLESIA OCULTA:
PEDOFILIA, SIDA Y ALGO MÁS

Hace más de una década que se ha vuelto muy notoria la crisis de ética y credibilidad por la que atraviesan amplios sectores de la Iglesia Católica. Sin embargo, uno de los problemas que alimenta esa crisis data en realidad de siglos: la violación de los votos de castidad, el abuso sexual y la pedofilia, tres estigmas muy alejados de los sufridos por Jesucristo pero que están firmemente grabados en muchísimos de sus representantes en la Tierra, y que cuentan con una lamentable complicidad: el encubrimiento del Vaticano.

Una nota de la revista mexicana “Proceso”, publicada hace un año, indicaba precisamente que esas cuestiones “vienen de tiempo atrás y hace mucho que son parte de la realidad eclesiástica”, aseveración que aparece en el libro “Votos de castidad”, escrito por cinco especialistas –Alessandra Ciattini, Elio Masferrer, Jorge Ederly, Marcos Hernández Duarte y Jorge René González Marmolejo- y editado el año pasado por la editorial Grijalbo. La conclusión del mismo es que “en la época colonial y hasta nuestros días, el celibato sacerdotal obligatorio en la IglesiaCatólica de América Latina es, en general, un mito, y en la práctica siempre ha sido opcional, por lo que es evidente el abismo entre lo que dicta el Derecho Canónico sobre el voto de castidad y la vida sexual del clero”.

En sus 214 páginas, el libro cita varios casos de violación al celibato en variadas formas –abusos sexuales, concubinatos, etc.-, detallando por ejemplo el caso “sorprendente y harto aleccionador” del jesuita Gaspar de Villarías. El proceso de este sacerdote en México, a principios del siglo XVII, causó un escándalo que llegó hasta la misma Roma, ya que el voraz jesuita había abusado de 97 mujeres, incluso dentro de su parroquia y muchas veces en el propio confesionario. En varias de esas ocasiones contó con la aceptación, influenciada o no por la autoridad que le daba su condición, de las mujeres que llegaban hasta él, y según “Votos de Castidad”, en la larga lista de este cura se incluían “monjas, muchachas y señoras maduras, tanto casadas como solteras, y de todos los biotipos: blancas, mestizas, indias y negras, y de todas las condiciones sociales: ricas, pobres, sirvientas, libertas y esclavas”. Como puede verse, el travieso de Gaspar no respetaba pelo ni marca.
Finalmente, el religioso fue arrestado por un lapso muy breve, y en pocos días salió libre con una pequeña amonestación, listo para continuar con sus tropelías, simplemente cambiándoselo de unidad de la Compañía. Ese fue todo el castigo que recibió “el protagonista del mayor escándalo sexual de los archivos históricos de la Iglesia Católica en México”.

Respecto de la época actual, el libro menciona el concubinato entre el ex nuncio apostólico en México, monseñor Jerónimo Prigione, y la religiosa Alma Zamora, de la congregación Hijas de la Pureza de la Virgen María, quien trabajaba para él en la sede de la Nunciatura, así como la protección que Norberto Rivera Carrera, arzobispo primado de México, y el cardenal Roger Mahony, de Los Angeles (California) , brindan al sacerdote pederasta Nicolás Aguilar, quien sólo en México fue acusado penalmente por abuso sexual contra 60 menores, huyendo a Estados Unidos donde ahora, bajo la protección de Mahony, seguiría haciendo de las suyas en otra parroquia.Esto último, sumado al caso de Gaspar de Villarías hace cuatro siglos, trae a colación el tema de la protección que las jerarquías más elevadas de la Iglesia, incluido el Papa, han brindado y siguen brindando a los miembros de la misma que incurren en todo tipo de delito sexual, amparados por su investidura. Esta constante en la actitud de la Iglesia cuando se descubre la existencia de pederastia o abuso sexual por parte de sus representantes también es apuntada en el libro citado: “La jerarquía sacerdotal respondió habitualmente a estas acusaciones con la negación, el ocultamiento y la descalificación de los denunciantes. Una medida frecuente ante las denuncias penales imposibles de controlar ha sido la reubicación sigilosa de los responsables para evitar la acción de la justicia”.

Por su parte, el periodista y escritor español Pepe Rodríguez, autor de “Pederastia en la Iglesia Católica”, expone un argumento no menos contundente acerca de esta cuestión: “El problema fundamental no reside tanto en que haya sacerdotes que abusen sexualmente de menores, sino en que el Código de Derecho Canónico vigente, así como todas las instrucciones del Papa y de la curia del Vaticano, obligan a encubrir esos delitos y a proteger al clero delincuente. En consecuencia, los cardenales, obispos y el propio gobierno vaticano practican con plena conciencia el más vergonzoso de los delitos: el encubrimiento”.

Clero delincuente. Buena definición de Rodríguez para esta plaga disfrazada de santidad.

País de sotanas calurosas

El escándalo de los abusos sexuales por parte de sacerdotes –que logró mantenerse bastante oculto por siglos- ha estallado en toda su dimensión en los últimos años, gracias a la luz que comenzaron a arrojar sobre el tema varios investigadores y medios de prensa, poniendo en evidencia además que el primer reflejo de la cúpula vaticana ha sido siempre, y continúa siendo, “tapar todo”. Un escándalo que cunde en la mayoría de los países del mundo y que ha sacudido en distintas etapas las diócesis católicas de Italia, España, Alemania, Francia, Gran Bretaña, Irlanda, Austria, Polonia, Estados Unidos, México, Puerto Rico, Costa Rica, Colombia, Brasil, Chile y Argentina, por mencionar los casos más frecuentes, y que está signado, como se dijo, por el encubrimiento.

Según la revista brasileña “Istoé”, el Papa Benedicto XVI envió en septiembre de 2005 a Brasil una comisión para investigar acusaciones que ya se estaban multiplicando demasiado. La misma se encontró con una decena de sacerdotes condenados por abuso sexual, cuarenta fugitivos yalrededor de 200 enviados por la Iglesia brasileña a centros de atención psicológica para que sean “reeducados”. Dura realidad hallada por la Curia romana en el país que contiene la mayor cantidad de católicos en el mundo. Según una investigación de la mencionada revista, actualmente1.700 curas –el 10 por ciento de los registrados en el país- están siendo investigados por abusar de niños y adolescentes.

Hay muchísimos casos individuales para relatar, pero nos remitiremos al que aparece quizás como el más espeluznante, ya que su “ejemplo” ha servido mucho a otros sacerdotes para consumar sus bajos instintos. Se trata de un eminente teólogo que solía frecuentar los salones de la altaburguesía de San Pablo y que, de acuerdo al diagnóstico que se le hizo a pedido de un juzgado estatal, es un “pedófilo con marcados síntomas de narcisismo y megalomanía”. Dicho sea de paso, las mismas palabras que aparecen en el estudio psicológico realizado, en la Argentina, alsacerdote Julio César Grassi, titular durante años de la Fundación “Felices los Niños” y protagonista hoy en día de un sonado caso de abusos sexuales a menores por el que aún espera la sustanciación del juicio oral y público.

El citado teólogo brasileño es Tarcisio Sprícigo, de 50 años, y su diagnóstico puede muy bien explicar el hecho de que llevara un diario manuscrito con un recuento de sus fechorías. Por ejemplo, en una parte del mismo dice: “Me preparo para salir de cacería con la certeza de quetengo a mi alcance a todos los chicos que me plazca”, y aconseja “recogerlos de las calles, de las comisarías, de los hospitales de caridad”. Antes de que lo arrestaran, el religioso había abusado demuchos niños de la calle, para él “los más fáciles de controlar”. En las páginas de su diario, convertido en un verdadero manual de pedofilia que incluso fue consultado por otros sacerdotes de su misma tendencia aberrante, describe entre otras cosas cómo persuadir niños: “Presentarsesiempre como el que manda. Ser cariñoso. Nunca hacer preguntas pero tener certezas. Tratar de conseguir chicos que no tengan padre y que sean pobres. Jamás involucrarse con niños ricos”.

Sprícigo, que antes de ser arrestado había sido trasladado a una parroquia rural, donde abusóde dos menores más, estaba muy seguro de sus tácticas: “Soy seguro y calmo, no me agito, soy un seductor y después de haber aplicado correctamente las reglas, el niño caerá en mis manos y seremos felices para siempre”.

Alguna de sus reglas finalmente le falló, ya que fue condenado a quince años de prisión por violar a un niño de cinco años que tenía bajo su custodia. Y felizmente en este caso, ni una bula papal hubiera logrado salvarlo de la cárcel.

Como se dijo, el “evangelio de Tarcisio” tuvo muchos seguidores. Alfieri Bompani, de 46 años, preso por abusar de niños de entre seis y diez años de edad en una “favela” en la que, según él, hacía ayuda social, también tuvo veleidades de escritor. Además de llevar un diario estabaterminando un libro de cuentos eróticos basado en sus correrías pedófilas. Y hubo otros religiosos que a sus placeres carnales sumaron los de la escritura y hasta la cinematografía. Una muestra es la detención del sacerdote Félix Barbosa, de 44 años, a quien se lo encontró en una orgía de drogas y sexo con cuatro adolescentes que había contactado por Internet, y que grabó la escena con dos cámaras de video.

La policía halló también un block de cartas con los relatos eróticos que Barbosa escribía basado en sus “experiencias” . Mientras se lo llevaban detenido, el sacerdote gritaba que conocía a otros doce curas que hacían lo mismo que él. Otro cultor de las letras, el sacerdote Celso Morais,de 63 años, regenteaba un prostíbulo de menores destinado al placer de los hermanos de la fe.También escribía sus memorias, y el contenido de las mismas es tan escabroso que la Justicia las marcó como “documento clasificado”. Por su parte el diario italiano “Corriere della Sera” aludió a otro de los involucrados en tierras brasileñas, monseñor Antonio Sarto, obispo de Barra das Garças, acusado de abuso por parte de un cura que él mismo ordenó.La prensa de varios países reconoció que el Vaticano, ante los casos apuntados, no tuvo más remedio que verse obligado a dejar de actuar a favor de sus representantes al comprobar que no podía seguir ocultando los trapos sucios entre las paredes de las iglesias.

Legión de depredadores

Los Legionarios de Cristo constituyen una organización católica específica dentro de la Iglesia, como lo es también el Opus Dei, y como éste se ubica a la derecha y se enmarca dentro de los postulados más ultraconservadores. Su fundador es el sacerdote mexicano Marcial Maciel,hoy octogenario y ya fuera de toda función sacerdotal dado que –por fin- después de varias décadas de haber cometido infinidad de abusos sexuales, el actual Papa Benedicto XVI no tuvo más remedio, ante el cúmulo de pruebas acumuladas en su contra, que obligarlo a retirarse de todo tipo de ejercicio sacerdotal público. Eso sí, “por su avanzada edad” no será sometido a proceso canónico y, como sanción de mayor dureza, sólo fue “condenado” a llevar una vida privada de rezos y penitencias. Otro ejemplo de los “castigos” que impone el Vaticano, cuando ya es inevitable, a sus sacerdotes pedófilos. Y una condena que las víctimas de Maciel, que aguardaron años porque se haga justicia, esperaban que fuera mayor y que el Vaticano colaborara llevando a Maciel ante la ley de los hombres y terminara en la cárcel.

Pero en realidad Maciel gozó siempre de la protección papal. Desde que Joseph Ratzinger presidía la Sagrada Congregación para la Doctrina de la Fe –nombre moderno de la Santa Inquisición y un cargo en el que se sentía muy cómodo- tenía conocimiento de las andanzas de los curas pedófilos por el mundo. Maciel no fue la excepción, y desde 1998 el actual Papa sabía, por los informes del obispo mexicano Carlos Talavera y los testimonios del padre Alberto Athié, uno de los abusados por Maciel cuando era seminarista, de los abusos sexuales del “legionario”.

Sin embargo, Ratzinger se negó entonces a abrir el caso, argumentando que Maciel “era una persona muy querida para Juan Pablo II”. Este último fue, precisamente, uno de sus principales protectores e incluso, poco antes de morir, organizó un multitudinario homenaje al líder de losLegionarios por “promover los valores de la familia y de la persona humana”. Sus víctimas saben bien cuál era la manera predilecta de Maciel de promover esos valores. Fueron los periodistas norteamericanos Jason Berry y Gerald Renner quienes, a través de un libro muy documentado, “Votos de silencio. El abuso de poder durante el papado de Juan Pablo II”, le hicieron ver a Ratzinger lo que se resistía a ver. Los autores consideran que la protección de la Santa Sede se debe a que el líder de los Legionarios siempre ofreció una importante aportación económica alVaticano, y agregan que “en el caso del padre Maciel nos enfrentamos a un encubrimiento papal. Su carrera es un caso de estudio sobre la desinformación: la distorsión de la verdad para alcanzar el poder y fabricarse una imagen virtuosa a partir de un comportamiento patológico. Al no investigar cargos serios, el Vaticano ayudó a que se diera este proceso durante años”.

Existen testimonios que erizan la piel, una constante cuando se va tomando conocimiento de caso tras caso en esta cuestión. José Barba Martín, quien abandonó la orden a los 25 años, luego de sufrir varios abusos sexuales de Maciel, asegura que la pederastia está extendida en toda la Orden, mientras Juan José Vaca, ex presidente de los Legionarios de Cristo en Estados Unidos y otra de las víctimas de Maciel, afirma coincidentemente que los abusos sexuales en los Legionarios son comunes:

“No ha sido solamente Maciel el criminal que cometió esos delitos, sino que según los datos que vamos teniendo ya se puede hablar de una corrupción de la institución como tal. Ya hay víctimas nuevas, de segunda y tercera generación. Los abusados por Maciel de niños ahora son superiores, y esos superiores ya han abusado de otros. Solamente el año pasado detectamos tres nuevas víctimas: una de Irlanda, otra de España y la tercera de Chile. También tenemos otro caso en Colombia. Donde los Legionarios tienen instituciones Maciel ha puesto gente como él, que piensa como él y que está integrada en ese sistema como él. Y todos ellos han sido víctimas de él y luego victimarios”. Vaca asegura que hasta el año 1976, cuando salió de los Legionarios, fue testigo ocular de otras 25 víctimas de abuso sexual de Maciel, y que él lo fue durante diez años. Comenta que, luego de someterlo a las vejaciones sexuales, el líder de los Legionarios intentaba tranquilizarlo diciéndole: “No te preocupes si tienes remordimiento de conciencia; yo te doy laabsolución”, y agrega que “Maciel es un depredador, hoy con la imagen de abuelo”.

Según otros testimonios de víctimas de Maciel, éste utilizaba un patrón de conducta similar con los niños o adolescentes internos. Relatan que los elegía “bonitos”, que los mandaba llamar a su habitación para pedirles que le dieran un masaje y que al lograr que le masturbaran, sencillamente se justificaba diciendo que tenía “dispensa papal” porque estaba muy enfermo. La frase que utilizaba con algunos para terminar con su siniestra sesión era: “Lo que has hecho es un acto de caridad”.Mientras las centenares de víctimas abusadas por Maciel no pueden esperar ya más justicia que la muy suave condena a “rezos y penitencia” impuesta al depredador por el Vaticano, la cuestión más urgente ahora es saber hasta qué punto el cáncer de la pederastia está infiltrado en laorden de los Legionarios de Cristo, ya que miles de niños y adolescentes pueden encontrarse en peligro.Travesuras argentinas.

Según un estudio de la Conferencia de Obispos Católicos de Estados Unidos, más de 4.000 sacerdotes ya han sido acusados en más de 11.000 casos de abuso sexual contra menores entre 1950 y 2002. Dicho estudio, difundido por la cadena CNN, fue compilado a partir de una investigación a nivel nacional realizada por el Colegio John Jay de Justicia Penal para la Conferencia de los Obispos. Sin embargo David Clohessy, del grupo Red de Sobrevivientes de los Abusados por Sacerdotes (SNAP sus siglas en inglés), afirmó que las cifras suministradas en ese informe le parecían “bajas”, y agregó: “Los obispos han tratado de ocultar esto durante años, por lo que no hay razón para creer que de pronto van a cambiar su forma de obrar. La única cosa prudente es asumir que esto no es toda la verdad”. Un ejemplo de cómo se ha desarrollado también entre los religiosos de Estados Unidos el gusto por la pedofilia, al amparo, claro está, de las jerarquías católicas más altas. De ello bien pueden hablar el obispo Roger Mahony, antes citado, protector de pederastas huidos de México, o monseñor Bernard Law, otro protector de curas abusadores y protegido a su vez por Juan Pablo II, quien lo designó paraocupar un alto cargo en el Vaticano.

En el otro extremo del continente americano, en la Argentina, los casos de abuso sexual por parte de sacerdotes no han llegado todavía al nivel estadístico alcanzado en otros países. Pero, como dicen de las brujas, los hay. Seguramente se debe a un bien aceitado engranaje de ocultamiento, como en todos los casos. Incluso han corrido rumores de que encumbrados monseñores han tirado alguna “canita al aire” en esta cuestión, rumores que llegaron a rozar al propio arzobispo de Buenos Aires y Cardenal Primado de la Argentina, quien por su parte contó con varios votos a favor durante el cónclave que el año anterior eligió al sucesor de Juan Pablo II, un teatro armado para la feligresía, cabe aclarar, puesto que quien lo sucedió ya era Papa poco antes de que Karol Wojtyla falleciera “oficialmente”.

Un caso emblemático y de mucho alcance en los medios de prensa –si bien actualmente se encuentra algo estancado en tal sentido- es el del sacerdote Julio César Grassi. A partir de la investigación de un programa televisivo en 2002, que puso en evidencia abusos sexualescometidos por éste contra menores de edad que se alojaban en la Fundación “Felices los Niños”, por él presidida desde hace varios años, el tema debió atravesar por diversas instancias y batallas judiciales, que llegaron al extremo de que, cuando estaba a punto de iniciarse el juicio oral y público contra el sacerdote, a último momento fuera apartado el triunvirato de jueces que iba a actuar, acusados de parcialidad manifiesta a favor de Grassi. El sacerdote, que ya serelamía junto a su ejército de abogados de onerosos haberes por lo que consideraba iba a desembocar en una declaración de inocencia, ve ahora como las cosas se le han dado vuelta: fue designado otro trío de magistrados para juzgarlo; unas pericias psiquiátricas realizadas en laprovincia de Santa Cruz, donde también protagonizó casos de abuso sexual, arrojó como resultado –como se citó anteriormente- que la personalidad de Grassi es la de un “pedófilo con marcados síntomas de narcisismo y megalomanía” ; aparecieron nuevos testigos abusados por el cura que antes no se atrevían a declarar; y buena parte de su equipo de abogados renunció a seguir patrocinándolo.Si bien la fecha del nuevo juicio aún está algo en la nebulosa, resultaría ahora más claro que Grassi ya no lleva todas las de ganar, como se ufanaba en un principio. También ha mermado la frecuencia con que lo entrevistaban algunos diarios o lo invitaban a sus programastelevisivos ciertos periodistas, algunos de ellos cercanos al Opus Dei, que lo victimizaban haciéndolo objeto de un “complot” y dándole cuerda para que se despache a gusto sobre su pretendida “inocencia”.

Los otros dos casos que llegaron al conocimiento público en la Argentina son los protagonizados por el arzobispo de Santa Fe, monseñor Edgardo Storni -cuya conducta era seguida por el Vaticano desde 1994 pero nunca se conoció el resultado del sumario, ya que se ocultó el expediente-, y por el titular de la diócesis de Santiago del Estero, monseñor CarlosMaccarone. El primero, acusado de abusar de unos cincuenta seminaristas, logró al parecer una mejor protección que Maccarone, ya que continuaría, aunque alejado de la función sacerdotal, “en algún lugar” de la provincia de Santa Fe, mientras este último, que llegó a ser filmadodurante unas relaciones más que dudosas con un joven taxista, tuvo que renunciar a su diócesis y, ante la cantidad de pruebas en su contra, el Papa no pudo concederle el beneficio de un traslado dentro del país, como suele ocurrir en este sistema de encubrimientos, y fue trasplantadoa cumplir una vida de “penitencia” en México.

Uno de los detalles que adornan la cadena viciosa de Edgardo Storniaparece en el capítulo 9 del libro “Nuestra Santa Madre. Historia pública y privada de la Iglesia Católica Argentina”, de la periodista Olga Wornat, y se transcribe a continuación:

El Príncipe y el Pastor

"Era de noche. Lo llamaron al dormitorio principal. El chico fue creyendo que debía cumplir alguna de sus obligaciones diarias de ceremonial. Entró a la habitación sólo alumbrada por dos veladores de bronce y una extraña sensación de intimidad le inundó el cuerpo y lo incomodó. Trató de no pensar y obedeció las directivas de su superior.

Lo ayudó a desvestirse. Lo hizo con pudor pero creyendo que era algo normal en el seminario y que se tenía que acostumbrar a las normas de ese lugar al que había llegado hacía tres días. Tembloroso frente al cuerpo sexagenario, le sacó prenda por prenda... Cuando terminó, vio caer el cuerpo fláccido del arzobispo sobre la cama, con su desnudez sólo cubierta con una toalla. El chico creyó que ya había cumplido con su tarea y se disponía a retirarse, pero se equivocó. Echado en el lecho de dos plazas con respaldo de bronce, monseñor lo llamó insinuante y le pidió que lo masajeara. Cada vez más nervioso, pero movido por el miedo y el respeto que le infundía la figura, el seminarista apoyó sus manos sobre la piel pálida, rosada y fofa, y comenzó a friccionarlo. A losmasajes siguió la desnudez completa y el pedido de que se acostara al lado, y que lo acariciara en todo el cuerpo, pero sobre todo en los genitales.

"Confundido, turbado y temeroso, el muchachito recién venido del campo, hijo de una familia humilde, obedecía y escuchaba las palabras serenas y contenedoras que lo alentaban:

"–Esto no es pecado hijo, yo soy monseñor Storni, un padre para todos ustedes, los seminaristas. Nuestro amor tenemos que compartirlo. Dios ve bien esta muestra de amor entre dos hombres, entre un padre y su hijo. Él nos apoya desde el Cielo. "

"Cuando terminaron, el chico salió perturbado del dormitorio episcopal y se encerró en el suyo. Un compañero lo notó muy mal, le preguntó si lo podía ayudar y a él le relató llorando lo sucedido".Con una mueca indescifrable de dolor, vergüenza y asco, un ex seminarista de Santa Fe me relató así la experiencia que le confesara aquel chico salido de la zona rural. Desde ese momento, la fuente se convirtió en oído elegido por aquel muchacho, y luego por tantos otros, para vomitar el dolor y la confusión de esas relaciones "incestuosas" y abusivas en las que se involucraron, seducidos o empujados, por el religioso más importante de la Arquidiócesis de Santa Fe de los últimos diecisiete años.

Como dicen por ahí: “Un botón basta de muestra, los demás... a la camisa”.

Las monjas también atraen

Hay muchos sacerdotes abusadores que no desprecian, por supuesto, echarle mano a un cuerpo femenino. Pasando por todas las épocas y desde el “tigre del siglo XVII”, Gaspar de Villarías, hasta hoy, abundan los casos de curas que no se resisten a la debilidad de la carne cuandoaparece alguna colaboradora por la sacristía o cuando comparten tareas evangelizadoras con monjas. Y son abundantes estos últimos casos, a punto tal que ya existen varias organizaciones conformadas por religiosas para defender sus derechos, hartas de verse trabajando como esclavas al servicio de los curas y también, lo más grave, como “carne sacerdotal”.

En marzo de 2001 tomaron estado público denuncias hechas a muy alto nivel sobre el abuso generalizado de monjas en África por parte de sacerdotes y el encubrimiento del Vaticano. La realidad y magnitud del problema fue descripto en un reporte por sor María McDonald, madresuperiora de Las Misioneras de Nuestra Señora de África. Su informe, titulado “El problema del abuso sexual a religiosas en África y Roma”, fue minimizado por las jerarquías del Vaticano. El padre Noktes Wolf, abad primate de los monjes benedictinos ha afirmado, sin embargo, que elabuso continuo de monjas africanas es una realidad y no un asunto de casos aislados. Entonces surge la pregunta: ¿por qué los abusos precisamente contra monjas y religiosas?. Sencillamente por ésto: en África, las monjas se han convertido en un grupo especialmente vulnerable porque el voto de castidad las hace candidatas menos probables para ser portadoras del virus del SIDA. Por lo tanto son consideradas “compañeras sexuales seguras” por muchos clérigos.

La extensión y falta de respuesta de este fenómeno ha provocado protestas formales de parte de monjas a muy alto nivel. Por ejemplo, la Conferencia de Estudio de las Hermanas de África Oriental (SEASC sus siglas en inglés) denunció formalmente estos abusos, a través de sus delegadas, ante la Conferencia de Obispos de África Central y Oriental, luego de su reunión en Kampala, Uganda, en agosto de 1995. La SEASC tiene la representación de 15 mil monjas de ocho países africanos ycuenta con una fuerza considerable. En su queja formal decían: “Consideramos esto un asunto de justicia, el cual creemos que ya no puede ser ignorado”.

Por su parte las monjas mexicanas, hartas de los constantes atropellos que van desde ser utilizadas como simples sirvientas hasta sufrir violaciones sexuales de sus superiores religiosos, comenzaron también a integrarse en un gran movimiento internacional de protesta. A través deorganizaciones mundiales como la Federación Internacional de Monjas o la Coalición de Monjas Americanas, las religiosas ya organizan sus propios “sínodos” y encuentros internacionales para bombardear con sus demandas al Vaticano, pero ya van mucho más allá de exigir un alto a los abusos sexuales. Están pidiendo además que se cree un “ombudsman religioso”, el celibato opcional, ejercer sus preferencias lésbicas y ser sacerdotisas y obispas. Cuestiones que al Papa y al cuerpo cardenalicio los vuelven más rojos que el color de sus capelos, y no de rubor sino de ira.

Esta rebelión de las monjas, que en los últimos cuatro años va provocando choques cada vez más frecuentes con el Vaticano, coincidió por ejemplo en 2003 con la exhibición, en México, de la película “En el nombre de Dios”, donde se revelan los maltratos, los abusos, incluyendo los sexuales, y las vejaciones que miles de mujeres –huérfanas, madres solteras y jóvenes violadas- sufrieron en la congregación católica Hermanas de la Magdalena, en Irlanda, durante la década de 1970 y hasta mediados de la de 1980.

Si bien no es habitual encontrar este tipo de información en muchos medios de prensa, ya sea por la censura vaticana, la gubernamental o por tratarse de medios muy vinculados de una manera u otra a la Iglesia, puede apreciarse que en México y otras partes del mundo, también lasmonjas ya están luchando contra el complot de silencio que pretende cubrir, como una sombra, los abusos de que son objeto.

El SIDA en la Iglesia

Otra realidad incuestionable sobre la cual la jerarquía católica ejerce, empecinadamente, la censura o el ocultamiento –intentando preservar a la fuerza una imagen que ya se le escapó de las manos hace tiempo- es la existencia del SIDA entre sus miembros. Ya en enero de 2000 el diarioestadounidense “The Kansas City Star” había hecho una investigación que reveló que “cientos de sacerdotes católicos mueren de SIDA en Estados Unidos y cientos más viven con el virus que causa la enfermedad”, señalando que “la Iglesia y las órdenes religiosas necesitan reconocerque existe un problema, que los sacerdotes practican el sexo y que son susceptibles a las enfermedades de transmisión sexual, incluso el SIDA”.

Según ese diario, “la cifra de curas que han muerto por SIDA es difícil de determinar, pero al parecer la enfermedad provoca al menos cuatro veces más muertes entre sacerdotes que entre la población general de Estados Unidos, de acuerdo a testimonios médicos y a análisis de salud,mientras cientos más viven con el virus de inmuno deficiencia adquirida (VIH)”. Indica además que el hecho de que el número exacto de sacerdotes muertos por SIDA o infectados sea desconocido, se debe en parte a que muchos de ellos sufren su padecimiento en forma solitaria, sin revelarloa nadie, y que cuando deciden comunicárselo a sus superiores, los casos se manejan generalmente de manera callada. Cita el caso de FarleyCleghorn, un epidemiólogo del Instituto de Virología Humana de la ciudad de Baltimore, quien declaró al diario que trató a unos veinte sacerdotes con SIDA, los cuales mantuvieron su enfermedad en secreto.

Esta cuestión fue tratada, sin sensacionalismo alguno, en una película británica que las autoridades eclesiásticas intentaron censurar o boicotear hace pocos años (como lo intentaron a mediados de este año con “El Código Da Vinci”). Se trata de “Dios te salve” (“Conspiracy ofsilence” su título original), filme que aborda el tema del celibato y denuncia el silencio de la Iglesia en torno a la epidemia de SIDA dentro mismo de la institución. La historia, cuyo guión fue premiado por la International Screenwriting Awards, está ubicada en la católica Irlanda actual, y comienza con la conmoción causada por un cura que se atreve a denunciar, en medio de un concilio del Vaticano, que en la Iglesia hay religiosos muriendo de SIDA, por lo que es severamente sancionado y enviado fuera del país. La imagen más impactante de la película esaquella que muestra las palmas de las manos del religioso con la leyenda pintada “La Iglesia muere de SIDA”, pegadas desesperadamente al cristal de la limusina que lo lleva forzadamente al aeropuerto.El caso es que las muertes de sacerdotes por SIDA han sembrado tanta preocupación en la Iglesia, que la mayor parte de las diócesis y órdenes religiosas están requiriendo actualmente a los aspirantes al sacerdocio que se sometan a un examen de VIH antes de su ordenación. Siempre bajo la más absoluta discreción, obviamente. Al menos el obispo Raymond Boland, titular de la diócesis de Kansas City, reconoció sin tapujos que las muertes por SIDA muestran que “los sacerdotes son humanos”.

Sombras finales

Como corolario de esta larga serie de ejemplos sobre la marcha a contramano de la Iglesia, cabe referirse a otro de los ocultamientos propiciados por el Vaticano.

La fiscal jefe del Tribunal Penal Internacional para la antigua Yugoeslavia (TPIY), la suiza Carla del Ponte, viene acusando hace tiempo a la Iglesia Católica y a la jerarquía vaticana de ocultar al general Ante Gotovina, de 50 años, a quien muchos croatas consideran un héroe nacional, pero que por sus crímenes de guerra es una de las personas más buscadas junto al ex líder serbobosnio Radovan Karadzic y al general Ratko Mladic. El general Gotovina permanece con paradero desconocido desde 2001, cuando fue acusado de crímenes de guerra y crímenes contra la humanidad. Ex oficial de la Legión Extranjera francesa, Gotovina supervisó y supuestamente toleró la matanza de al menos 150 civiles serbios y la deportación forzosa de unos 200.000, tras una ofensiva para imponer de nuevo el control croata en la región de Krajina. Por suparte, el gobierno croata es acusado por la comunidad internacional de insuficiente cooperación para dar con el paradero del general, lo que viene afectando negativamente sus esfuerzos por negociar su adhesión a la Unión Europea.

La fiscal suiza, que es católica, dice estar “decepcionada en extremo” por el muro de silencio del Vaticano, tras meses de llamados secretos a sus más altos funcionarios, incluido uno dirigido directamente al Papa Benedicto XVI, todos ellos sin éxito. Del Ponte, en unas declaracionespublicadas el año anterior por el diario británico “The Daily Telegraph”, dijo que “el Vaticano podría señalar exactamente en cuál de los 80 monasterios católicos de Croacia ha encontrado refugio el general Gotovina”, y denuncia: “Tengo información de que está escondido en un monasterio franciscano y que la Iglesia Católica le protege. He tratado el asunto con el Vaticano, que se niega tajantemente a cooperar conmigo”. La fiscal viajó incluso a Roma para transmitirle esasinformaciones sobre el paradero de Gotovina al ministro de Relaciones Exteriores del Vaticano, el arzobispo Giovanni Lajolo, pero éste, además de solicitarle que le proporcione “pruebas de la supuesta protección”, le dijo no poder ayudarla con el argumento de que “el Vaticano no es un Estado y no tiene la obligación internacional de ayudar a las Naciones Unidas a rastrear criminales de guerra”.

Extraña respuesta del prelado, si nos atenemos a que siempre se habló del “Estado Vaticano” y que éste cuenta, entre sus funcionarios de mayor jerarquía, precisamente con un “secretario de Estado”. Sin embargo no extraña tanto que la jerarquía católica se muestre tan escurridiza respecto de los criminales de guerra, cuando esta protección tiene antecedentes como el del papa Pío XII, quien como ya es sabido facilitó la huida hacia distintos países de América, incluida la Argentina, de centenares de oficiales nazis no bien terminada la Segunda Guerra Mundial, hasta proveyéndoles pasaportes del “Estado Vaticano” tan desconocido por su actual ministro del Exterior.Para concluir, cabe mencionar que el Vaticano está recibiendo con inocultables muestras de disgusto la aparición, además de filmes que lo dejan mal parado como los ya citados “Dios te salve” y “En el nombre de Dios”, de documentales, libros y diversas expresiones que ponen en evidencia su sombrío accionar. Tal lo que ocurrió con el documental que recientemente proyectó la cadena de televisión británica BBC en su programa de investigación “Panorama”, en el que un informe acusa al Papa Benedicto XVI y a la Iglesia Católica de haber impulsado una política de ocultamiento de los casos de abuso sexual de menores dentro de la institución. Dicho programa reveló un informe secreto escrito por la Iglesia en 1962, en el que se insta a los sacerdotes a mantener en secreto los casos de pederastia, y señaló también que el actual Papa redactó a su vez un documento para proteger a los sacerdotes acusados de abuso sexual a niños y para esconder estos casos. Agrega incluso que Benedicto XVI, cuando era cardenal, era el encargado de que se cumplieran las directivas de aquel informe de 1962.

El productor ejecutivo del programa, Colm O’Gorman, ratificó las acusaciones: “Al Vaticano no le importa la protección de los niños para evitar los abusos, sólo le interesa proteger a la Iglesia comoinstitución”. En tanto, el padre Tom Doyle, ex abogado de la Iglesia que fue despedido del Vaticano por criticar la forma en que la institución trataba los casos de pederastia, señaló rotundamente en el citado programa, al interpretar el informe en cuestión: “Se trata de una política escrita y explícita para cubrir casos de abusos de menores dentro de la Iglesia”.

Este aberrante tema fue tratado también en un libro de ficción pero escrito sobre bases sólidas. De reciente aparición y en venta ya en más de veinte países, “Espía de Dios”, que comienza con la muerte de Juan Pablo II y es la primera novela del joven periodista español Juan Gómez Jurado, denuncia los abusos sexuales a menores por sacerdotes. El autor vio despertada su curiosidad por los abundantes casos de abusos ocurridos en Estados Unidos, lo que lo llevó a viajar a ese país para conocer el tema “in situ”. Allí se trasladó por diversas ciudades, donde se contactó con numerosas víctimas que han creado varias asociaciones, y llegó a conocer la existencia de centros de reeducación para sacerdotes pederastas.

Como ha podido apreciarse en esta larga reseña, la Iglesia Católica en general y el Vaticano en particular, que han pretendido mostrar siempre una cara revestida de sacrificio y santidad -al margen del boato y las riquezas que no condicen con la humildad cristiana-, tienen en los hechos otra totalmente opuesta a aquella, una realidad demostrada por sus falencias y contradicciones: el sostener a rajatabla el celibato a través del tiempo ha producido todo tipo de distorsiones mentales entre sus representantes; sus enjuagues políticos llevan al Vaticano a actuar, aunque sea “entre bambalinas”, como una potencia más en el concierto mundial y, si la ocasión lo amerita, hasta a proteger criminales de guerra; y la lista continúa y es muy larga. Demasiado larga.

Lo que está logrando la Iglesia, que ya no puede ocultar hechos que pretendió mantener ocultos a través de los tiempos, es alejar de ella a cada vez más católicos, desprotegiéndolos sin miramientos, y que los seminarios se encuentren cada vez más vacíos. A propósito del escándalo desatado con las confesiones de Fernando Lugo en Paraguay, reproducimos este artículo de Carlos Machado que constituye un repaso a la corrupción sexual en la Iglesia católica de atinoamérica.

En suma, se dedicó prolijamente a desvirtuar totalmente la misión para la cual fue llamada, hace más de dos mil años, por un enviado que vivió como hombre y que murió creyendo que esa muerte era la llave para un mundo mejor. Una llave que sus supuestos representantes arrojaron hace mucho tiempo al vacío.


news.google.com.py/news?hl=es&q=Luis-Ag%C3%BCero-Wagner&um=1&ie=UTF-8&sa=N&ta...

10.5.09

Evolucion cineasta!

Ha terminado una etapa cineasta en nuestra vida, a partir de ahora Barley Juice Productions pasa a llamarse Microfilms Producciones; (WWW.MICROFILMS.TK)

Todo en su vida tiene una evolución; si Barley Juice Productions comenzó con apenas un par de cámaras minidv de 1ccd, hemos pasado a tener como mínimo varias 3ccd de 37 mm, fotográficas de calidad, focos, micrófonos y una HD semiprofesional de formato progresivo, esto quiere decir que a partir de ahora los trabajos que nuestro grupo haga tendrán un mayor acabado técnico. También contamos con mayor número de personas, al principio éramos tan sólo José Ruíz y yo, Fran Kapilla; ahora disponemos ayudas de la gente de Trival studios, Payaso triste, Indigencia...

Esperamos que nuestra experiencia haga durar mucho más a MICROFILMS PRODUCCIONES, que por otro lado es un nombre más corto y fácil de pronunciar :)
Un abrazo, recordad que somos los mismos caraduras y estamos en: www.microfilms.tk

http://www.barleyjuice.tk/

Memoria de una reina del porno

Sophie Evans es una gran estrella del cine para adultos. Pieza clave de un negocio global de 10.000 millones de euros. Ha rodado más de 200 películas. Una profesional que ama su trabajo. Y aspira a la normalidad.

La pornografía alberga dos misterios. Primero: ¿consumen los actores sustancias que prolonguen sus erecciones? Contesta uno de ellos: "La Viagra se ha extendido en el porno como la pólvora; ha sido nuestra revolución sexual. Pero ningún actor se lo reconocerá. Es su secreto mejor guardado". Segundo: ¿alcanzan las actrices orgasmos durante los rodajes? Contesta una de ellas: "Esto es cine. Finges. Te pueden estar penetrando dos tíos y tú pensando en los guisantes de la cena. Nadie te lo va a confesar. Es como si le preguntas a la Princesa si disfruta con su profesión; aunque se aburra como una mona, no lo va a admitir; acabaría con la magia. Aquí lo mismo".

Esta respuesta no es de Sophie Evans. Tiene demasiado respeto hacia su oficio. Es una profesional. "Yo no finjo; actúo. Hago lo que me gusta y me gusta estar donde estoy. Intento sacar lo mejor de mí en cada escena erótica. He vivido dedicada al porno; lo he hecho de corazón. Hay chicas que lo hacen por temporadas; vienen y van; se sacan unos euros y luego dejan colgado al empresario. Yo no. Yo he vivido de esto y para esto".

Sophie Evans es una estrella. Perfeccionista y exigente. Se cuida. Pasa controles de hepatitis, VIH y herpes genital. Es monógama. No fuma ni bebe ni se droga. Lleva una vida ordenada. Como una deportista de élite. Ha intervenido en 200 películas. Ha rodado en Los Ángeles y Budapest, las mecas del sector. A la orden de los más grandes directores del cine para adultos. Junto a los galanes del género. Ha protagonizado miles de escenas sexuales. Sin trampa ni cartón. Ni condón. Felaciones, sexo anal y vaginal; números lésbicos; dobles penetraciones. Su récord en pantalla ha sido mantener sexo con cinco hombres a la vez. "Fue muy bonito. Una sensación diferente. Era precioso ver a esos cinco chicos tan excitados conmigo. He hecho de todo en pantalla salvo cosas extremas; no me gusta que me aten; ni hago nada con animales ni lluvia dorada. Y prefiero la doble penetración al anal, me excita más y pagan mejor".

Sophie Evans es la heroína del porno español. Y un referente mundial. La versión femenina de Nacho Vidal. Entra cada día en miles de hogares en todo el planeta a través de las ventanas del DVD, la televisión de pago, Internet y la telefonía móvil. Un negocio, la pornografía, que sólo en España factura 450 millones al año y da empleo a un centenar de actores y actrices y una veintena de directores a través de 178 empresas. Tiene seguidores desde Europa e India hasta Estados Unidos. Veneran cada centímetro de su cuerpo. Hace unas semanas, un joven se le acercó en Barcelona y le dijo: "Sophie, no sabes la de pajas que me he hecho contigo". "Y no me pareció un insulto. Me pareció muy bonito. Me lo dijo con cariño. Mi trabajo es excitar a gente como el de un cómico hacer reír. Puro espectáculo".

-¿Usted consume mucho porno?

-Me da corte. Como soy amiga de los protagonistas, no me excito viéndolos. No me pone. Son amigos. Y a lo mejor he cenado la noche anterior con ellos. Los veo y no se me ocurre pensar: "¡Qué bueno está este tío!", sino "¡qué ilusión verlo!". Además, cuando veo una peli estoy todo el tiempo pensando: "Esa penetración está mal hecha o no se ve bien o no me gusta el decorado". Lo veo desde el punto de vista profesional y no disfruto.

-¿Y haciéndolo?

-A veces sí; depende del rodaje. Si es en un sitio íntimo; si estás relajada, cómoda; con un chico que lo hace bien y tienes un buen día, te puedes correr. Hombre, si tienes calor, la escena es larga y lo tienes que hacer en la playa y se te clava la arena, no disfrutas; todo es interpretación.

-¿Cuál es su secreto para calentar al público?

-Disfrutar con lo que haces. Y para que disfrutes, el actor te debe respetar y ser sensato. El actor tiene que tratarte con cariño. Es bueno hablar antes del rodaje de lo que te gusta y no te gusta. De las posturas. Para eso, Nacho Vidal es extraordinario. He trabajado con él en diez películas y es un amigo. Si existe ese feeling, sale una buena escena. Pero si el actor tiene reputación de tratar mal a las actrices o viene sucio, me niego a trabajar con él.

Sophie Evans habla despacio con un curioso deje entre castizo, catalán y húngaro. Es educada. Flemática y modosa. De una timidez infantil. Alta, delgada, de constitución atlética, pecho perfecto y caderas amplias y ondulantes. De las pocas estrellas del porno que no han sucumbido a la silicona. Un ejemplo de pornostar europea frente al californiano de adictas al bisturí. El aclarado pelo rubio recogido, boca grande, nariz de María Callas y unos bellísimos ojos verdes. Vaqueros ceñidos, mínimo top y botas de altísimos tacones. Maquillaje excesivo. Está recostada indolente en un sofá desventrado del camerino de la sala Bagdad, el templo barcelonés del sexo duro. A su lado, sus uniformes de trabajo envueltos con mimo en fundas de tela: "El vestuario es importantísimo; me gasto lo que haga falta; éste es el de policía con su porra y su gorra; éste, de colegiala; aquél, de enfermera hecho de látex, y el que más me gusta, el de ninfa con sus alitas". El elegido para su primer número esta madrugada es el de corredora de fórmula 1: rosa chicle, ceñido como un guante y escotado hasta la cintura.

El espacio donde se cambian y descansan y aguardan turno para saltar al escenario las estrellas del Bagdad es una enorme, destartalada y mal ventilada sala a la que se accede por una estrecha escalera de caracol, con un largo mostrador abrasado por miles de cigarrillos, espejos enmarcados por bombillas fundidas, taquillas cuarteleras y sillones huérfanos. Llamar camerino a este rincón es un eufemismo. Huele a comida de varias nacionalidades consumida con cubiertos de plástico; algunos artistas dormitan, saben que su trabajo concluirá rayando el alba y conviene estar fresco para aguantar los tres pases. Chirrían en la radio ritmos latinos. Los profesionales del porno se cambian, desnudan y duchan ante los ojos de sus colegas. La piel es su mono de trabajo. Un semental del Este cruza la sala con cara de pocos amigos. Acaba de eyacular en el escenario y está enfadado con su pareja. Es mejor no cruzarse en su trayectoria. Tara, una transexual brasileña, balancea sus posaderas embutidas en un vestido rojo. Una stripper chilena chatea ausente con su portátil. Y la argentina Karyna Moure, abultados labios y pechos con implantes, se despoja de sus vaqueros y Converse de adolescente, se calza un tanga de lentejuelas y se transforma en la bomba sexual de la noche. Acaba de ser portada de Interviu. En la pared, un sobado pasquín advierte: "La entrada de todos los artistas es a las 22.45; si llegan más tarde, no trabajan".

Las normas del Bagdad son estrictas. Hay que ser puntual; nada de drogas ni alcohol; ni hablar de prostituirse. Gobierna con mano de hierro Juani de Lucía. La matriarca del porno español. La emperatriz del Paralelo. Roza los 60 y recibe cordial y redicha en un despacho presidido por una caja fuerte y decorado con un mural de una sensual puesta de sol caribeña. Todo en ella es muy Miami Vice. El traje-pantalón blanco y las botas tejanas; el amplísimo escote y el Rolex de oro. Se las sabe todas. Es jefa, maestra, consejera sentimental y madre postiza de los actores y actrices del Bagdad. Cuida su salud y asuntos financieros. Les anima a ahorrar y estudiar. A ellas les enseña cómo se hace una felación; a ellos, a retrasar su eyaculación. Para ser un buen profesional del porno hay que ser un atleta. Olvidar el placer propio para brindárselo al público. "La relación sexual se tiene que ver; a la gente le gusta que la penetración se distinga; que la pareja no se acurruque en una posición cómoda. No quiere perderse nada. Y tiene que ser estético", describe Sophie. "Hay que ser profesional y artista. Esto es un espectáculo, no Gran Hermano. Se trata de cubrir pista; de cambiar de postura aunque estés cómodo y cambiar suponga que puedas perder la erección. Al chico le gustaría eyacular dentro, pero no puede, no es bonito para el público. Se tiene que ver. Si hay conexión entre la pareja, el público lo percibe. Hay que ser artista. Si lo haces sólo por dinero... es mejor que te vayas de puta", recalca Juani de Lucía.

En diciembre de 1975, con el cadáver de Franco aún caliente, Juani levantó sobre un polvoriento tablao flamenco de posguerra este santuario del porno español. En aquellos tiempos importaba números eróticos desde Hamburgo, entonces capital de la industria europea. "No teníamos actores en España; el porno había estado prohibido durante 40 años. Nos obligaron a poner un cartel en la puerta advirtiendo a la gente que aquí había sexo explícito", explica Juani. En poco tiempo crearía su cantera. Toda productora que pretendiera rodar cine erótico en España tendría que recurrir al Bagdad para sus castings. De esta factoría saldrían grandes estrellas mundiales. En cabeza, Sophie Evans.

La sala Bagdad ha conservado en todos estos años esa decoración de tablao kitsch y decadente que tenía en tiempos de su primera propietaria, la Bella Dorita. Con su escueto escenario rodeado de celosías de patio andaluz y un mostrador tapizado de espejos donde ponen copas las actrices en minúscula ropa de trabajo. Se mira pero no se toca. Todo tiene un tono entre lila y rosa y aroma a desinfectante. Varias cámaras filman las actuaciones y las difunden desde la web del Bagdad. Sophie es la atracción de la noche. Puede cobrar hasta 500 euros por jornada. Algo más si hay una despedida de soltero y le piden un pase privado. Inicia un strip tease que no deja nada a la imaginación. Su rostro muta de niña buena a chica mala. Insinúa. Sonríe. Provoca. Deja que el cava se deslice por su cuerpo. La noche está floja. Hay crisis y la entrada cuesta 90 euros. Ella se esmera. Resulta graciosa y elegante. Relajada y sensual. Es un porno aligerado. Borda los movimientos. Entre 1997 y 2000 hizo el amor en este escenario con su ex marido -el actor y director de cine porno Toni Ribas- dos veces por noche seis días a la semana. Ribas resume esa época en 1.500 penetraciones en directo. No fallaron ni una vez.

Sophie Evans no es una gran actriz. No es Meryl Streep. Lleva tres años estudiando interpretación en el Centro de Estudios de las Artes Cinematográficas y Escénicas de Barcelona con intención de saltar al cine convencional, pero confiesa que cuando trabaja en montajes normales le cuesta sustraerse al registro histriónico del porno, a su actitud exagerada y depredadora. "Al principio, en la escuela hacía siempre el mismo personaje. En el porno te inventas uno y lo interpretas mil veces, hagas de enfermera, azafata o ama de casa. Siempre es igual. El mismo ritmo, gemidos y final. Con el tiempo he aprendido otros movimientos e incluso he hecho teatro clásico. Pero en el porno he sido una autodidacta", explica al final de su actuación, con la piel reluciente de cava y sudor. Exhibe su desnudez con naturalidad. "Nadie me ha enseñado a hacer porno. No hay profesores. Cuando empiezas, copias a las otras; pones las caras que ellas ponen; cómo se acarician y miran al espectador. A partir de ahí, vas creando tu imagen. Toni y yo nos inventamos un estilo especial; durante la penetración cambiábamos de posición sin separarnos; estábamos como fundidos. Nos copiaban. Y después de haber hecho tantos espectáculos en vivo, rodar la escena de una peli erótica es un juego de niños. Si eres capaz de hacer sexo tres veces por noche, eres capaz de cualquier cosa ante una cámara. Y un actor, ni te cuento. Delante del público no se le puede caer la erección. Sin erección no hay espectáculo. Y en el cine porno, eso es lo más importante; cada gatillazo significa perder tiempo y dinero".

No, a primera vista Sophie Evans no parece una gran intérprete. Pero no es del todo cierto. Cuando uno reflexiona, llega a la conclusión de que si a lo largo de 12 años ha hecho creer a millones de espectadores de todas las razas y edades que experimentaba grandes y felices orgasmos mientras era atravesada por un miembro de 25 centímetros, es que es merecedora del Oscar.

No estaba destinada a ser estrella del porno. No nació en una familia rota ni marginal. Vino al mundo como Zsofia Szabo, en 1976, en Szeged, una somnolienta capital húngara. Sus padres eran una joven pareja de biólogos. Ganaban poco dinero; en Hungría coleaba el régimen comunista y los intelectuales huían. A mediados de los ochenta obtuvieron sendas becas de investigación en la Universidad de Tennessee. Su padre, en biología molecular y genética, y su madre, en el campo de los estudios biomédicos. La pareja y sus dos hijas vivirían en aquel campus de la América conservadora durante tres años. Zsofia aprendería un buen inglés. "Era una niña tímida, pero me gustaba actuar y disfrazarme; tenía una educación cristiana tradicional. Nunca fui lanzada en cosas de sexo aunque me gustaba divertirme y experimentar".

En 1990, la familia regresaba a Budapest. Tras terminar el instituto, Zsofia se matriculó en psicología. Ese verano, con 18 años, comenzó a trabajar de camarera y, para sacarse un sobresueldo, posó para un catálogo de lencería. Había comenzado a subir los peldaños del estrellato. Su siguiente paso sería un club de strip tease en Atenas durante las vacaciones de verano. "Fue de broma; no había visto un espectáculo de esos en mi vida; estaba muy nerviosa y no tenía vestuario. Salí a bailar de los nervios, pero me gustó. Descubrí que era una exhibicionista. Me pone que me miren. Gustar a los hombres. Ver sus ojos de deseo. Para mí no es algo sucio, sino un piropo. Y se me daba bien. Era 1994. Me apunté a una agencia de bailarinas y les dije que quería ir a otro país y seguir actuando. Me mandaron a Toronto. Allí estuve seis meses en un club y aprendí la técnica de stripper. Quería seguir conociendo mundo. Me apetecía moverme a un lugar más cálido. Por ejemplo, España".

Zsofia, conocida en el negocio como Leslie, aterrizaba en 1997 en Asturias. Batacazo. Era una encerrona. No había club. El empleo era de prostituta. "Un engaño. No llegué a actuar. Salí disparada. Cogí un avión con mi último dinero y vine a Barcelona. Tenía 23 años. Me habían hablado de un club que se llamaba Bagdad. Pensaba que era de strip tease. No sabía que existía el porno. Juani me lo explicó como pudo y me dijo que probara sin compromiso. Ensayé con una chica y un chico. El chico era Ramón Nomar, que hoy es un número uno. Hicimos de todo, y todo es todo, pero no me dolió porque Ramón es un profesional. Me trató bien, vio que era novata. Me gustó. Y Juani me contrató. Así empezó todo. Nunca imaginé que me iba a meter tanto en este mundo; que se iba a convertir en mi vida. Y España, en mi país. Me gustó el ambiente. Y podías ganar 900 euros (de entonces) a la semana. Éramos gente joven y con ganas de divertirnos. Como una familia. Siempre estábamos juntos. Que tengamos sexo entre nosotros hace que se rompan muchas barreras. No hay hipocresía".

Bagdad ya era una leyenda en el porno europeo. Nacho Vidal, una estrella en ciernes. La industria española comenzaba a despegar. En gran parte gracias al director José María Ponce, que con su novia, la actriz María Bianco, un vídeo doméstico y un grupo de amigos luchaba por revitalizar el paupérrimo cine erótico made in Spain a base de títulos como Los vicios de María, Venganza sexual o Perras callejeras. En ese trasvase de profesionales entre el Bagdad y el cine para adultos, Ponce daría a Zsofia su primera oportunidad. Antes enterraría su viejo sosias artístico, Leslie, y la bautizaría Sophie Evans. Era 1997. En una de aquellas películas conocería al que sería durante diez años su socio, marido y pareja artística: Toni Ribas. Fue un flechazo. "No tenía ninguna escena con él; la tenía con Nacho; pero mientras hacía el amor le miraba a él".

La industria mundial del porno vivía un momento dorado gracias a la explosión de Internet y la extensión de la televisión de pago. La web era el maná, como lo había sido en los ochenta el vídeo doméstico. Corría el dinero. Brotaban las productoras. En España, 18; además de 28 distribuidoras y en torno a 50 webs. Se hablaba de un negocio global de 10.000 millones de euros. Hacían falta contenidos. España quería su tajada. En 1997, Juani de Lucía comenzaba a emitir por la web los números del Bagdad y ofrecía conexiones íntimas con sus chicas. Un negocio hoy extendido al teléfono móvil de tercera generación. En los suburbios de Los Ángeles se rodaban a diario decenas de escenas. Y Hungría y la República Checa brotaban como capitales europeas del porno tras la caída del muro. Faltaban chicas. "Siempre se necesitan actrices", explica Natalia Kim, una de las organizadoras del Festival Internacional de Cine Erótico de Barcelona. "El porno está hecho para hombres. Y las protagonistas de las películas son tías, y mejor si son desconocidas. El problema es que se queman enseguida. Tienen una vida más corta que los actores. Por eso cobran más. Con los actores, por el contrario, las productoras apuestan por valores consagrados. La tía puede ser la protagonista, pero si el tío no funciona, si se le baja, no hay escena. No es un oficio fácil y los que valen pueden seguir en la brecha con 50 años, como Rocco Siffredi. El éxito de Sophie ha sido aguantar. Pocas estrellas han tenido una carrera tan larga y son tan respetadas".

En aquellos fulgurantes años noventa iba a surgir un peculiar star system en la industria del porno. Un Hollywood en pobre. Una estrella del cine para adultos puede cobrar un máximo de 5.000 euros por película. Una actriz de segunda división, poco más de 1.000. A partir de ahí, el negocio está en entrar en el circuito de los clubes de strip tease, las discotecas, las apariciones en Internet y las despedidas de soltero. "Se gana mucho más en la prostitución", reflexiona Sophie. "Aunque en el porno cada una tiene su precio; decide dónde, cómo y con quién trabaja y qué está dispuesta a hacer. Te pagan según lo lejos que llegues. Si lo haces sin condón, ganas más. Y cuanto más lejos vayas, cobras más".

-Habla de prostitución. ¿En qué se diferencia de su profesión? Porque ustedes cobran por vender su sexo...

-Es diferente. Si me llaman puta, no me están insultando; es que no lo soy. Soy actriz. Es un trabajo distinto; una prostituta va en secreto con un cliente al que no elige y yo tengo sexo con un director y un equipo de cine y exclusivamente para hacer una película. Todo es sexo pagado, pero el cliente es distinto. Y la forma de expresarnos... la prostituta se mueve en el anonimato, y nosotras, cuanto más conocidas seamos, cuantas más películas, fotos y actuaciones hagamos, mejor.

"Hay muy pocas actrices porno que se dediquen a la prostitución", aclara Juani de Lucía, que da trabajo a una veintena de chicas en el Bagdad de Barcelona además de decenas más a las que subcontrata para alimentar sus contenidos en la web. "Una puta no se pone a follar a cara descubierta. Y nadie la protege. En el Bagdad tenemos contratos, pagamos laSeguridad Social, exigimos a las extranjeras el permiso de trabajo, y a todas, que se hagan un análisis de sangre periódico. Vivimos del espectáculo; esto es espectáculo y diversión. Industria del ocio. El que quiera putas, que se vaya a otro sitio".

Dentro de ese peculiar star system del porno, Sophie Evans y Toni Ribas se convertirían en los Angelina Jolie y Brad Pitt del cine para adultos. La pareja de oro. Su boda, el 19 de diciembre de 1998 en Cataluña, de blanco y por la Iglesia, supondría la consagración de la industria española. Estaban todos. Actores y actrices; productores y directores. Y sus padres. Cuando el oficiante exhortó a los contrayentes, "Antonio y Sofía", a la fidelidad absoluta, surgieron en el templo risas contenidas. "Muchos de los que estábamos allí habíamos tenido sexo con los novios; el sermón era un chiste para nosotros", explica una asistente al enlace. "La endogamia en esta profesión es total. El porno es una burbuja. Y es difícil salir. Es muy difícil que alguien de fuera entienda nuestra forma de vida. Por eso las estrellas se casan con estrellas".

Sophie y Toni decidieron apostar por su amor y no trabajar en el porno con otras parejas. De esa decisión saldrían sus 1.500 penetraciones en directo y más de 50 películas juntos. "Éramos muy posesivos y nada liberales, optamos por no trabajar con nadie más. Nos ofrecían rodar con otros actores, pero aguantábamos por amor. Y también por celos. No es agradable ver a la persona que quieres disfrutando con otro. Después nos dimos cuenta de que éramos jóvenes y estábamos perdiendo dinero. Y volvimos a trabajar con otros actores, pero con preservativo. Y nos pagaban menos. Total, que volvimos a hacerlo sin condón. Aquello resucitó nuestra carrera. Había que explotar el filón. Entendimos que lo podíamos pasar bien rodando con otras personas y probar cosas nuevas y que eso fortalecería nuestra relación... en teoría".

-¿No sentían celos?

-El tema de los celos es complicado en el porno. Comprendes que es tu trabajo y el de tu pareja, pero surgen emociones muy fuertes cuando ves que tu chico está practicando sexo con otra mujer y se está corriendo y la gente lo ve. Teníamos unas broncas impresionantes. Es complicado que un matrimonio aguante en este negocio.

Era la pareja del momento. Rodaron de Cataluña a Francia, Italia, Europa del Este y por la puerta grande a California, al Valle de San Fernando, el "Hollywood del porno"; el "otro Silicon Valley". "Vivíamos como estrellas. No teníamos mucha pasta, pero era bonito estar en comunidad, ser conocido y respetado. Allí todo está organizado alrededor del porno. El 90% de las películas para adultos se producen en San Fernando. Yo rodaba todos los días. Es una industria paralela a la del cine convencional, con sus agencias de actores, asociaciones y hasta un sindicato. Tienen incluso sus clínicas para hacer análisis a los actores. Cuando en 2004 se supo que un actor con VIH había infectado a varias actrices, se pararon los rodajes durante un mes, se nos puso en cuarentena y se hizo un estudio de todos los que habían trabajado con esa persona en las últimas semanas y con quien había rodado a continuación. Eran 65. Todos nos hicimos análisis. Y se controló el contagio. En la industria no hay sida, se controla demasiado. Estuvimos en San Fernando un par de años. Toni comenzó a dirigir y yo me encargaba de la producción y los castings. Ganábamos dinero. Y empecé a plantearme dejar el porno. Ya no me sentía cómoda rodando con algunos actores. Cada vez me pedían cosas más bestias para la web. Tenía 200 películas a mi espalda y había hecho todo lo que tenía que hacer. Pero Toni me animaba a seguir. Toni no paraba".

La mayoría de los grandes actores y actrices de la industria del porno se han convertido en directores y productores. A la cabeza, Toni Ribas con su productora, Hot Frames. Produce, rueda, dirige, protagoniza y promociona. Un hombre orquesta. Cubriendo todos los resquicios del negocio. Es la única forma de ganar dinero para los actores profesionales en un momento en que cualquier aficionado con una cámara barata puede filmar porno y lanzarlo a la Red sin intermediarios. En 2005 ya se rodaba menos. Y con presupuestos más bajos. La piratería, sumada a la avalancha de contenidos gratuitos en Internet, estaba machacando a las productoras. No podían competir. Comenzaron a tirar de sus viejos éxitos. De su librería. La web, que había sido una bendición para la industria a mediados de los noventa, se estaba convirtiendo en su verdugo. El pudding del porno se iba desinflando. Y también el matrimonio de Sophie Evans y Toni Ribas. La pareja de oro del porno no daba más de sí. Se divorciaron en 2005. "Se nos acabó la pasión de tanto usarla".

Pasadas las cuatro de la madrugada, concluido su último número en el Bagdad, Sophie Evans despacha una ración de melón con jamón, pan tumaca y una Fanta de naranja con pajita. Su cena y su desayuno. Caen las luces del escenario. A primera hora tiene clase de interpretación. No puede faltar. Es su futuro. En los últimos tres años sólo ha rodado media docena de películas porno. Quiere cambiar de registro. Pero tiene que comer. Y la transición no es fácil. "El porno te cierra muchas puertas en el cine convencional. Mucha gente no se da cuenta de que esto es un trabajo y que cuando acabas eres una persona como otra cualquiera". Durante este tiempo de reflexión ha simultaneado el cine con apariciones en discotecas, televisiones locales y festivales eróticos, espectáculos de strip tease y actuaciones en el Bagdad. Hace tiempo que la página web que lleva su nombre se vino abajo. "No podía competir con los contenidos gratis (incluso fotos mías) que ofrecían otras páginas y dejé que se muriera". A sus 34 años, Sophie tiene una nueva pareja que nada tiene que ver con la industria y se plantea tener un hijo. "Me gustaría ser madre pronto. Y contarles que he sido una estrella del cine para adultos antes de que se lo digan los otros niños".

-¿Le recomendaría a su hija que se dedicara al porno?

-No se lo recomendaría, pero le ayudaría si se metiera en esto. Le aconsejaría que tuviera cuidado con quién trabaja; hay productores falsos; tíos que son unos cerdos y quieren acostarse contigo, te contratan y no hay película detrás. Hay mucha mentira.

-¿Cómo es la vida sexual de una estrella del porno?

-Normalita. En casa no hago acrobacias. Las dejo para la pantalla. Pero los hombres me tienen miedo. Les asusta no dar la talla; que les vayas a exigir mucho. Piensan que te van a dejar insatisfecha y se ponen a hacer cosas raras en la cama, como si fueran actores porno. Y a mí me entra la risa. Mi trabajo no es normal. Pero yo lo soy.

Miranda July: ¿Pero de qué va esta chica?

En Los Ángeles operan las inquietas y fantasiosas neuronas de la mujer orquesta Miranda July, de quien Seix Barral publica “Nadie es más de aquí que tú”. La experiencia de visitarla es casi tan inclasificable como sus cuentos. Por Antonio Lozano.

En el estudio de Miranda July no hay cortinas, pero sí un telescopio embalado. Uno no encuentra a la vista ni uno solo de los premios que recibió su película Tú, yo y todos los demás en diversos festivales, pero se topa con un artilugio de plástico con el que las embarazadas pueden hablarle a su feto. Si hacemos caso al mantra de Ikea de que somos lo que habitamos, la excéntrica guarida de esta mujer confirma lo ya intuido por los que la han visto actuar o la han leído: sus circuitos neuronales no se rigen por las conexiones estándar. Su extrema delgadez, que le confiere la fragilidad de un junco, y unos ojos de un inquietante azul fluorescente apuntalan la sensación de no estar del todo frente a un congénere. A la propia July le cuesta dar con las palabras que la definan a ella y a su obra, de aquí que su talante multidisciplinar (autora de performances y proyectos web, actriz en clubs, videoartista, pintora, cantante, guionista de cortos y películas, cuentista…) pueda verse como un trabajo en curso con el que intenta explicarse su identidad múltiple.
O quizás es que todos los descendientes de hippies de pura cepa –y sus padres, editores de libros de astrología, homeopatía y otras miradas alternativas al mundo, lo fueron de la mejor cosecha, la del Berkeley de los 1960– salieron algo especiales. “Aún siendo niña, podía percibir la extrañeza de lo que me rodeaba. Mi familia no era como las que salían en las series de televisión. Yo entonces quería vivir en los suburbios como la mayoría, pero con la distancia me he dado cuenta de lo afortunada que fui al crecer en un ambiente tan abierto, lleno de estímulos. No necesité salir al mundo exterior para dar con ideas y posibilidades excitantes”. Este caldo de cultivo propició un despegue artístico precoz. Era tanta la fantasía que se acumulaba en su cabeza de niña que necesitaba expulsarla en forma de relatos a los que les ponía dibujos. “Escribí uno en el que una chica escucha un día una voz que le llega del cielo, animándola a seguir adelante sin hablar con nadie. Con mis cuentos adultos me he dado cuenta de que llevo toda la vida hablando de lo mismo”. No hay duda. En esa alucinación infantil estaban ya encriptadas las claves de un buen número de las historias de Nadie es más de aquí que tú, atravesadas por la dislocación, la ingenuidad y la ternura con que decodifican los niños su entorno.

Lo extraño y lo ordinario
El primer valedor de Miranda July podría decirse que fue Jonathan Lethem antes de ser Jonathan Lethem, cuando era un simple empleado de una librería de San Francisco y tuvo comentarios elogiosos para el fanzine de una chica de 15 años en el garaje de cuyo padre veía partidos de béisbol vía satélite. La artista total recuerda el momento preciso en que tomó conciencia de que esas reservas inagotables de fantasía podían, de hecho, convertirse en su modus vivendi, en que dio el salto de fe que supone pensar que tu imaginación pagará las facturas. “Ocurrió durante la puesta en escena de una obra que escribí cuando iba al instituto y en la que me carteaba con un presidiario. Alquilé una sala abonada a los conciertos de punk, contraté personalmente a los actores y, mientras veía la representación, me decía ‘esto es lo que he estado buscando, así es como voy a conseguir que me entiendan’. Era muy joven y, en consecuencia, temeraria en extremo”.
Tanto, que la llamada de la vocación la impulsó a abandonar la universidad. La presunción de la juventud no tardó en recibir un severo correctivo. De cara a pagarse las facturas tuvo que hacer de cerrajero de vehículos y disfrazarse de vaca para repartir folletos. “Puesto que atravesaba una fase de feminista colérica, era una vaca agresiva que no entendía de qué se reía la gente al verme. Lo que me hacía resistir era saber que estaba destinada a alcanzar grandiosas cotas artísticas, una convicción de esas que sólo puedes tener cuando te falta el dinero para comer”. Miranda July reconoce que en ese período creía que los museos eran aburridos, sin sospechar que algún día sus vídeos e instalaciones entrarían en el MOMA, el Guggenheim o el Whitney.
Paradójicamente, aquellas formas de manutención desprovistas de cualquier lustre encerraban un reverso creativo potentísimo. Al reciclarlas en material para sus actuaciones en vivo y para sus cortos, July iba afilando otras de las piedras de toque de su repertorio en expansión: transformar situaciones ridículas, momentos incómodos o episodios desconcertantes de carácter personal en un canto a la poética surrealista de la existencia. “Siempre he estado rodeada de gente culta y con muchos conocimientos, que me han hecho pensar ‘¿disfrutaré de otra vida en la que prestaré la atención suficiente?’, porque mis historias se alimentan de experiencias accidentales, anecdóticas, nimias. Muchas veces empiezan con un detalle del mundo real que desencadena una emoción profunda de la que voy tirando. Por ejemplo, las clases de costura a las que iba mi madre (base del cuento Diez verdades)”.
Los relatos de Nadie es más de aquí que tú no son tanto piezas narrativas en el sentido convencional como la observación de situaciones corrientes, y el análisis de las emociones que despiertan a partir de un ángulo de incidencia distanciado y perplejo que saca a la superficie su complejidad y rara belleza. “Las cosas más extrañas están contenidas en las más ordinarias. Mi fuerte es quizás fijarme en cómo se mueve y se expresa la gente”. Un día se encontraba en el videoclub cuando oyó que una empleada de edad avanzada le decía a una colega de su misma generación: “Es como compartir tu vida con un amante”. A lo que la otra le respondió: “Oh, sí, y qué me dices de cuando se ponen a ronronear…”. Este factor sorpresa, así como la capacidad del otro para cambiarnos con su roce, cautiva a muchos de los personajes del libro, en gran medida criaturas vulnerables y que, desengañadas con lo prosaica que resulta la realidad, están ansiosas por conectar con alguien dispuesto a jugar en su patio de ilusiones. O, como en el caso de uno de los mejores cuentos, El equipo de natación, a aprender a nadar en un comedor.
Luego está el sexo. Un tratamiento atrevido, que con frecuencia cae en lo morboso y, a veces, patina hacia lo enfermizo (Majestad). “La sexualidad que muestro puede resultar extraña porque no tiene nada de erótico y muchas veces ni siquiera es real ni posible. Creo que es el apartado donde más se nota hasta qué extremo mis relatos surgieron del subconsciente. Y lo digo de forma literal, ya que, muchas mañanas, lo primero que hacía al despertarme era ponerme a escribir en la cama, mi lugar favorito, sin tener idea de hacia dónde me dirigía. De aquí que mi acercamiento al sexo parezca tan íntimo e instintivo”.

Quiérete más
Miranda July merienda una tostada integral con té verde (sin azúcar), comenta que hace yoga y recomienda un spa coreano. Mirando fijamente a sus ojos de alienígena, uno tiene la certeza de que sería una hipnotizadora de primera sin esforzarse. Nadie es más de aquí que tú, ganador del premio mejor dotado del mundo en su categoría, el Frank O´Connor International Short Story Award, recoge desde su mismo título la motivación que ha impulsado toda la carrera teatral de la autora, desde sus pinitos pubescentes en un club de Berkeley, que ella resume así: “Esto es. Aquí nos hemos encontrado. Los presentes y nadie más compartimos este momento. Seamos conscientes de ello y vivámoslo. Mostremos con inmediatez lo que estamos sintiendo”. En la línea de Sophie Calle, Miranda July es, antes que nada, una agitadora cultural, una guerrillera del happening feliz, pues un buen número de sus proyectos pretenden convocar a una comunidad de extraños a una fiesta catárquica, anudar lazos de fraternidad de forma ocurrente y lírica. Uno de los más recordados es Learning To Love You More (“Aprendiendo a quererte más”), una web en la que, junto a Harrell Fletcher, proponía toda una serie de tareas (fotografiarse una cicatriz y explicar su origen, besar a la primera persona que te cruzaras, crear una constelación uniendo las pecas de una persona, pasar tiempo con un moribundo…) que luego la gente enviaba en forma de textos, fotos, grabaciones, vídeos… Idéntica euforia y mutación desató el corto que July escribió para Miguel Arteta, Are You The Favourite Person of Anyone? (“¿Eres la persona favorita de alguien?”). Una chica colgó su respuesta en You Tube invitando a todo el mundo a sumarse, lo que desencadenó un efecto vírico.
Puesto que Miranda July se mueve en un universo plagado de abstracciones y sutilezas, intentando traducir al lenguaje corporal, en palabras o imágenes, algo tan voluble como son los sentimientos más enterrados o las emociones más esquivas, forzando a la realidad a mostrar su lados más bizarros y luminosos, extrayendo poesía de debajo de las piedras, su obra, con independencia del formato en el que se presente, bascula entre lo sublime y lo sonrojante. El momento de Tú, yo y todos los demás –síntesis de cuanto tiene de bueno y de malo el cine indie americano– en que dos zapatitos de color rosa, que llevan escritos “Tú” y “Yo”, son captados en un plano cenital haciéndose mimitos, catapulta el concepto de cursilería hacia nuevos horizontes de significado. Por el contrario, cuentos como El niño de Lam Klein transmiten tanta ternura como un cachorro shar pei. Aunque todo es cuestión de gustos, claro.

Gabinete de las maravillas
Quintaesencia de lo cool, pieza clave de esa enrollada cultura americana que estrena en Sundance y publica en la revista The Believer, July siempre conseguirá, cree lo que cree, tocar el corazón del moderno que se sueña alternativo, mientras que el resto del mundo se debate entre arquear una ceja o sacarse el sombrero. A la artista total le costó digerir el entusiasmo que generaba entre los circuitos más in. “Cuando admiraba a escritores y cineastas nunca pensé que parte de su trabajo consistía en luchar contra la conciencia de su éxito y las distracciones que ello acarrea. Además, al principio me sentía muy vulnerable y expuesta cuando un extraño se me acercaba a felicitarme. Tuve que construir formas de protegerme de lo hipnótico que resultaba todo”.
Una vez levantadas las defensas contra el engreimiento, llegó la crisis económica que aplazará hasta el verano el rodaje de su segundo largometraje, Satisfaction. Antes de gritar acción, será una de las invitadas a la Bienal de Venecia, para la que ha ideado un jardín mágico, “provisto de un césped tan suave y chillón como el que pisan los Teletubbies”, por el que esparcirá esculturas, pedestales y estrafalarios artículos de vestuario, y que requerirá de la participación activa de los visitantes.
Tour acelerado antes de concluir la entrevista. En la habitación de los trastos o gabinete de las maravillas, July guarda, entre otras muchas cosas, los emails más disparatados que ha recibido, caretas de carnaval, una alarma de fabricación casera que le regaló una amiga a los 18 años para protegerla de los violadores y que todavía funciona, un platillo hortera con la foto de un desconocido posando en algún lugar de Taiwan y que le inspiró su primer relato…
El telescopio es un regalo de cumpleaños para su novio, el director de cine Mike Mills (Thumbsucker). El obsequio para el periodista son dos aguacates recién extraídos de su huerto. Al resto, les brinda un consejo:
“Ya dispones de todo cuanto necesitas para empezar a ser lo que quieres llegar a ser o hacer lo que quieres llegar a hacer. Lo que crees no tener es lo que te capacitará para conseguirlo. Lo que sientes respecto a lo que te falta es justo lo que tienes que ofrecer y con lo que has de conectar”.